Desde hace más de 8 meses, en que fue capturado y entregado a las autoridades de Estados Unidos, Ismael “Mayo” Zambada, su vida ha cambiado y la de muchos más en su entorno.
Dejó la dirigencia del Cártel de Sinaloa para devenir en un delincuente detenido y casi confeso de narcotráfico y violencia criminal, en un proceso judicial que continúa en la corte de Nueva York.
Dos cartas han roto el silencio de su cautiverio. La primera sobre la forma en que fue sorprendido y supuestamente secuestrado desde Sinaloa, en una supuesta emboscada realizada por uno de los hijos de “el Chapo” Guzmány entregado a EU. La otra carta, más reciente donde solicita el apoyo del gobierno mexicano, para ser repatriado y juzgado en México y, así, evitar la posible aplicación de la pena de muerte, señalando una posible amenaza de qué podría generar el caos en la relación de México con Estados Unidos.
Ante esta situación todos los actores hacen su luchita, en función de sus intereses, necesidades y deseos, así, el Mayo pide su repatriación, como un ciudadano mexicano, con plenos derechos y sin obligaciones, apela al estado de derecho, incluso a la violación de la soberanía nacional.
El Gobierno mexicano, en voz del Fiscal general, ha dicho que ya solicitó por cuatro ocasiones la extradición, pero sucede que no quieren eso, quieren la repatriación y lo más pronto posible, para evitar una posible aplicación de la pena de muerte. El gobierno mexicano sufre gran preocupación, ha solicitado información al gobierno de Estados Unidos, del quién y cómo se lo llevaron, ha cumplido con su obligación formal, quizás curándose en salud, de posible repetición del evento contra otros personajes de la vida pública.
Es curioso observar que el presupuesto de ambos, es que Estados Unidos acceda a sus demandas, aunque en el fondo saben que eso no será posible, el sistema judicial estadounidense ya lo tiene, y no lo devolverá hasta que haya obtenido de él lo que quiera, así el gobierno y el mayo pueden hacer lo que sea, pero no habrá cambio alguno, para los gobiernos es un buen pretexto, para el mayo y su defensa una oportunidad de vida; para Trump un simple pataleo, para la sociedad mexicana un ajuste y reajuste de cuentas entre actores y factores.
La consideración de narcoterrorismo de los carteles mexicanos por parte de Estados
Unidos ha causado revuelo entre los actores, delincuentes y políticos considerados, con una gran preocupación y movilización. Hay un riesgo u amenaza de qué se repita la acción del Mayo, su secuestro y traslado a EU.
México se encuentra entrampado, en un círculo vicioso, que debe romper, la tetralogía de Trump, migración, seguridad, comercio y corrupción siguen generando impactos adversos a México, y los aranceles están a la vuelta de la esquina. Son días intensos y graves.