LA RESILIENCIA O EL PODER DE RESISTIR LOS AVATARES DE LA PANDEMIA

Desde hace varios meses en que inició la pandemia por el COVID-19, los seres humanos nos hemos visto en la necesidad de adaptarnos a una serie de cambios en la vida cotidiana y hasta en la de enfrentar perdidas importantes como la salud, un ser querido, el empleo, etcétera.

Frente a estos acontecimientos se hace imperiosa la necesidad de que el ser humano desarrolle estrategias y fortalezas que le sirvan de herramienta para desafiar y salir victorioso de los acontecimientos adversos a los que nos ha sometido la pandemia. 

Una fortaleza para enfrentar las adversidades es la resiliencia. El término surge en la física y hace referencia a la propiedad de algunos metales de doblarse y luego recuperar su forma. 

La resiliencia es la capacidad emocional, cognitiva y conductual del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, aprender de ellas, superarlas e inclusive ser transformados por éstas,(Sepúlveda C., 2016). 

Diversos estudios han encontrado que la habilidad para afrontar exitosamente el estrés y los eventos adversos proceden de la interacción de diversos elementos en la vida del sujeto, tales como: las características internas como el temperamento, la inteligencia, el control interno de las emociones y el papel de la familia.

Un aspecto fundamental es la relación con una madre lo suficientemente buena que le haga sentir al bebé que es aceptado en una familia, que le brinde unos brazos que lo contengan y los cuidados que satisfagan sus necesidades primarias.

Posteriormente, proporcionarle al menor el apoyo necesario para plantearse metas y alcanzar sus logros, abrazarlo y permitirle que desarrolle su independencia.

El medio ambiente es otro factor importante, como el número, intensidad y duración de las circunstancias estresantes o adversas por las que ha pasado el sujeto, especialmente a temprana edad, así como, la calidad del apoyo y contención que los padres puedan brindar en un momento de crisis.

Rosario Linares (2015), en su artículo “Resiliencia o la Adversidad como Oportunidad”; destaca algunas características que distinguen a las personas resilientes: 

Son personas conscientes de sus potencialidades y limitaciones, son creativas,  transforman la experiencia dolorosa en algo bello o útil, de lo vil sacan lo precioso, asumen las dificultades como una oportunidad para aprender, suelen rodearse de personas que tienen una actitud positiva. 

Son flexibles ante los cambios, las distingue su perseverancia y su capacidad de lucha, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas.

Como nunca, es importante que los seres humanos echemos mano de la resilencia y fortaleza de la que seamos capaces para enfrentar los avatares que nos impone la pandemia.