La Otra Opinión sobre la extradición de El Chapo

En el Itinerario Político del pasado 18 de mayo anticipamos que la partida de México de Joaquín Guzmán estaba a punto de ocurrir por una simple razón: el dinero.

Hoy confirmamos lo que dijimos luego de que se anunciara la extradición del delincuente a Estados Unidos, donde les urge procesarlo desde que fue reaprehendido el pasado 8 de enero.

Destaca que en Estados Unidos, en diferentes cortes hay una decena de demandas en contra de El Chapo por delitos como asociación delictuosa, contra la salud, delincuencia organizada, posesión de armas, homicidio y lavado de dinero.

A continuación compartimos los textos que hoy nos dan la razón sobre los hechos.

 

“El Chapo”. ¡Es el dinero, estúpidos!

Resulta ingenuo pensar que detrás de los intentos por extraditar a “El Chapo” está la aplicación de la justicia, el castigo por sus crímenes y el interés por acabar con la siembra, cultivo y trasiego de droga.

No, ¡estúpidos..! detrás de los intentos reiterados para extraditar a “El Chapo” esta el dinero del criminal… ¿El dinero?

Sí. Nos referimos a la fortuna de Guzmán Loera, quien –en un lance de espectacularidad de la revista Forbes–, aparece como el ciudadano mexicano con una de las fortuna más grandes del planeta; junto con los empresarios más poderosos del orbe.

¿Y de qué tamaño es la fortuna de El Chapo?

En realidad nadie lo sabe. Y tampoco dónde está toda la fortuna; no se sabe si está en una bóveda de alta seguridad, si está sólo en empresas y negocios o si la existencia de miles de millones de pesos es otro mito que acompaña al narcotraficante.

Lo que si se sabe, sin embargo, es que la revista especializada calcula el dinero en manos del criminal mexicano en algo así como mil millones de dólares estadounidenses. Es decir, que existen mil millones de razones para que El Chapo sea extraditado a Estados Unidos.

Pero primero debemos preguntar si en México habrá un ciudadano o un servidor público capaz de imaginar una fortuna de mil millones de dólares. Seguramente no. ¿Y por qué la certeza? Elemental, porque en México no se ha escuchado una sola voz del gobierno federal preocupada por recuperar los mil millones de dólares –o una parte de la fortuna–, que dicen tiene el mítico criminal.

En cambio, en Estados Unidos muchos saben el valor de los mil millones de dólares o de una parte de la fortuna de El Chapo; conocen dónde pudiera estar la fortuna y –sobre todo–, son expertos en encontrar la punta de la madeja para jalar el dinero a las arcas del gobierno y a los bolsillos de abogados abusadillos que ya se frotan las manos.

Por ello, en distintas cortes de aquel país existen demandas contra los delitos que presuntamente cometió El Chapo; delitos que exigen la extradición y la intervención de su fortuna. Por ello las reiteradas exigencias de extradición y, por eso, la insistencia de que Guzmán Loera estaría más seguro en Estados Unidos que en México.

¿Pero qué significa todo lo anterior?.

Precisamente el corazón del asunto; el gobierno norteamericano y no pocos abogados saben que el pastel a repartir del dinero de El Chapo es un jugoso tonel de rica miel. Y acaso no sean los mil millones de dólares que calcula Forbes, pero si empresas, casas, obra de arte, yates, joyas, ranchos… que dicen posee el criminal.

Y si lo dudan, la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos (OFAC) –por sus siglas en inglés–, administra y aplica sanciones económicas impuestas contra países o narcotraficantes internacionales y otras amenazas a la seguridad nacional.

Sólo para darnos una idea, en diciembre de 1999 los senadores Diane Feinstein y Paul Coverdell patrocinaron una ley en el Congreso de Estados Unidos llamado el “Foreign Narcotics Kingpin DesignationAct” que dio poderes a la OFAC para atacar a las redes financieras de narcotraficantes a nivel mundial.

Es decir, Estados Unidos impuso la lucha contra la droga y, al mismo tiempo, las leyes para quedarse con el dinero de los capos.

En México, en octubre de 2012, se expidió la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita, que pretende proteger el sistema financiero y la economía nacional. ¿Pero qué creen? Es letra muerta.

¿A quien conviene extraditar a El Chapo? ¡Es el dinero, estúpidos!

Al tiempo.

 

¿Quién quiere al Chapo fuera de México?

En una suerte de esquizofrenia política, la última semana el tema de moda ha sido la eventual extradición de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Que si fue llevado a Ciudad Juárez para estar a unos pasos de la frontera, que si llegó al peor penal de México, que si intentaba una tercera huida, que si sus abogados hacen todo para impedir la extradición, que si México y Estados Unidos ya pactaron que “El Chapo” sea trasladado a una cárcel norteamericana.

Todas las versiones anteriores –y muchas otras verdaderamente locuaces-, son parte de la esquizofrenia que ha desatado “El Chapo”.

Sin embargo, hasta hoy nadie tiene claro cuándo y por qué “El Chapo” podría ser extraditado.

Tampoco se sabe si el jefe del poderoso cártel sinaloense quiere irse a una prisión de Estados Unidos; no se sabe si ya negoció con alguna autoridad de ese país o, de plano, si prefiere seguir en México.

Tampoco existe certeza sobre el interés que tiene el gobierno de México en mantener a “El Chapo” en nuestro territorio y-o si de plano la autoridad mexicana está urgida de deshacerse de la “papa caliente” que significa tener al criminal en México.

Lo único cierto, hasta hoy, es que Joaquín Loera fue movido del penal del Altiplano por razones elementales de seguridad. Es decir, que ante fallas sistémicas en El Altiplano, los responsables de la seguridad de “El Chapo”, -la seguridad nacional-, simplemente pusieron en marcha el protocolo para prevenir hasta el más elemental riesgo.

Ahora bien, ¿por qué razón “El Chapo” fue enviado al penal de Ciudad Juárez?

En este caso la respuesta también es de estricto sentido común. Resulta que para el Estado mexicano es una prioridad mantener a “El Chapo” con vida.

Exponerlo al ataque y eventual muerte por parte de uno de los cárteles enemigos al grupo criminal de “El Chapo” sería –para el Estado mexicano-, lo más parecido a un suicidio.

Por eso, y porque en el penal de Juárez están presos algunos de los más importantes socios de “El Chapo”, se puede garantizar que tendrá un mínimo de seguridad para su integridad personal.

¿Quién quiere al “Chapo” fuera de México?

En realidad la anterior parece ser la pregunta clave. ¿Por qué?

Porque son muchos los indicios de que “El Chapo” no quiere ir a Estados Unidos y también existen muchos elementos para suponer que el gobierno de México no quiere la extradición hasta, en tanto, el criminal no sea juzgado por distintos delitos que le acredita la autoridad mexicana.

Ante esas evidencias lo más probable es que la autoridad norteamericana sea la más interesada en mover los hilos para conseguir que “El Chapo” llegue a una cárcel de aquel país y que sea juzgado por los delitos que competan a esa nación.

Pero lo anterior no parece más que un buen pretexto. ¿Por qué?

Porque en el fondo a la autoridad no le importa “El Chapo” y tampoco hacer que pague sus culpas. Lo que les importa es el dinero.

Sí, por increíble que parezca, el gobierno de Estados Unidos va detrás de la fortuna de “El Chapo” y si no, pues al tiempo.

 

¿Y el dinero de “el Chapo”? ¿conoce México el monto de la fortuna?

Todos dicen que existe, pero nadie sabe dónde está.

Todos dicen que es mucho dinero, pero nadie conoce el monto.

Todos hablan de una de las fortunas más grandes del mundo, pero nadie puede probar ni su existencia ni su tamaño.

Lo que está a la vista de todos es que Joaquín Guzmán Loera dispone de dinero ilimitado para construir túneles, pagar seguridad, comprar información, soplones, silencio, matarifes, indulgencias, iglesias, sacerdotes, policías, políticos, aviones, casas, submarinos, películas… y no pocas conciencias.

También todos saben que en “El Triángulo Dorado” –Sinaloa, Durango Chihuahua y el rancho La Tuna–, El Chapo es la versión moderna de Robin Hood o “Chucho el Roto”; ladrones “buenos” que daban a los pobres lo que quitaban a los ricos.

Saben que para hacer posible el negocio criminal de las drogas –del que El Chapo es rey–, El Chapo debe pagar no solo informantes y protección sino contar con una estructura financiera mínima, que incluye contadores, bancos, empresas y sobornos para torcer todas las leyes posibles, sobre todo las leyes financieras.

Por eso, nadie creería que El Chapo tiene su dinero arrumbado en cuartos en donde fajos de dólares se amontañan —como el caso de Zhenli Ye Gon–, o en una bóveda como Rico Mac Pato. No, según estudiosos de las grandes fortunas –como la de El Chapo–, el criminal es aliado de importantes empresas, respetados y reputados hombres de negocios y políticos –locales y extranjeros–, que no solo lavan sino invierten dinero del cártel criminal.

¿Dónde está el dinero de El Chapo? ¿Quiénes son socios financieros del rey de la droga? ¿Qué empresas sirven de pantalla? ¿Quién o quiénes son los padrinos políticos de El Chapo? Nadie lo sabe, a pesar de que ayer el titular de Hacienda, Luis Videgaray presumió que la dependencia a su cargo también hace lo suyo en el caso de El Chapo.

Sin embargo, el papel de Hacienda no aparece por ningún lado y, por ejemplo, una de las grandes dudas de la recaptura de El Chapo es el tiempo transcurrido entre su detención y la presentación ante el Ministerio Público. Se sabe que entre los dos momentos pasaron por lo menos 12 horas. Pero no se sabe quién lo entrevistó, qué respondió; no se sabe si llevaba documentos o archivos; si en su casa había información de sus socios, aliados o amigos; no se sabe cuantos servidores públicos y de qué rango lo entrevistaron, no se sabe qué buscaban u ocultaron esos servidores públicos; no se sabe si acusó a políticos, banqueros, hombres de empresa, sacerdotes.

Lo que se sabe es que si El Chapo es extraditado, el gobierno de Estados Unidos buscará debajo de las piedras para quedarse con su fortuna, cuyo monto y ubicación seguramente conocen los norteamericanos; monto y localización que el gobierno de México ignora.

Y cómo no está reprobado México en materia de lavado de dinero, si el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP se llama Alberto Bazbaz Sacal, el mismo que siendo procurador mexiquense no pudo encontrar a la niña Paulette. ¿Se acuerdan? Si no encontró el cuerpo de la menor, ¿podrá encontrar la fortuna de El Chapo?

Todo ello a pesar de que según la Convención de Palermo –tratado multilateral creado en el año 2000 por la ONU contra el crimen organizado trasnacional–, en 2016 el Grupo de Acción Financiera Internacional contra el lavado de dinero (GAFI) llevará acabo una evaluación sobre las prácticas de lavado en México.

México será reprobado en lavado de dinero.

Al tiempo.