Además de populista y demagógica, la propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador de que la ONU impulse un programa universal de combate a la pobreza y al rezago social es innecesaria, pues el organismo mundial ya se ocupa de eso.
Durante el 2020, la ONU destinó cerca de 30 mil millones de dólares a programas destinados a combatir el hambre, la marginación y el rezago social en el mundo, a través de diversos mecanismos institucionales que forman parte de este organismo.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destinado a combatir la pobreza y que opera en 170 países, destinó a esa tarea cinco mil 600 millones de dólares el año pasado.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), agencia de la ONU que recibió en Premio Nobel de la Paz en 2020, destinó ese año siete mil 484 millones de dólares para su labor de mitigar el hambre en 88 países.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), destinado a combatir la pobreza y la desnutrición en el campo, destinó el año pasado siete mil 500 millones de dólares para apoyar a 123 millones de agricultores en distintos países.
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En total, estos y otros mecanismos de la ONU, como el UNICEF y la FAO, destinaron el año pasado 29 mil 130 millones de dólares en labores que tienen como objetivo combatir el hambre, la pobreza y la marginación.
Todos esos recursos provienen de las cuotas que aportan los países miembros de la ONU, pero en especial de los países desarrollados, que son los que realizan las mayores aportaciones.
JC
