La Iglesia contra las reformas, ¿venganza por matrimonio gay?

La iglesia católica mexicana, sin importar el tema, suele expresar su opinión. Acaso por eso, la Arquidiócesis no ha dejado pasar la oportunidad de posicionarse respecto a las reformas estructurales aprobadas durante esta administración. Según el clero católico, las reformas “se están haciendo agua”.  

En el editorial del semanario “Desde la fe”, la Arquidiócesis refirió que para los mexicanos, este año ha sido un calvario. Dice la jerarquía religiosa que de nada ha servido la Reforma Energética –que ha dejado alzas a la luz y a las gasolinas–, y que la Reforma Educativa únicamente ha traído inestabilidad social y es “pura retórica populista”.

En su editorial “Reformas, un barco que hace agua”, la Arquidiócesis también criticó que los partidos políticos “disfrutan el gasto público millonario”, los recortes presupuestales, la desigualdad y la injusticia.  

Y la cosa no termina ahí. La iglesia no se fue solo contra el Ejecutivo. La Arquidiócesis señaló al Legislativo de “cómplice” pues el Ejecutivo usó mayorías parlamentarias y acuerdos tácitos con la oposición y logró un cúmulo de reformas que motivaron los discursos más triunfalistas y atronadores.

Y ya encarrerada con dos poderes, la Arquidiócesis criticó los altos sueldos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quienes “cubren su pragmatismo y fovoritismo” por ideologías que “dinamitan instituciones del derecho, vulnerando preciadísimos valores sociales como el matrimonio entre un hombre y una mujer, la protección de la familia o el respeto a la vida de los niños en el seno materno”.

En una primera lectura, la pregunta obligada sería, ¿qué pasó con la iglesia católica? ¿por qué, de la nada, el clero mostró un rostro tan agresivo y de oposición total a las reformas del gobierno federal? ¿qué se rompió?

Sin embargo, la respuesta no está nada lejos. Viene a cuenta recordar que la iglesia se encuentra molesta con el Gobierno federal por la iniciativa que lleva el matrimonio igualitario a la Constitución política. De igual forma, la Arquidiócesis se ha mostrado inconforme con la iniciativa que despenaliza la portación de marihuana y la comercialización del cannabis medicinal. En ambos casos, los proyectos salieron de la oficina del presidente Enrique Peña Nieto.  

Por eso, más de uno sugiere que la repentina molestia de la iglesia hacia las acciones de la autoridad se entenderían como una suerte de venganza contra los “abusos” de la autoridad. O si lo prefiere, que algunos miembros de la jerarquía católica estarían molestos porque la autoridad central no los tomó en cuenta antes de hacer públicas medidas tan “revolucionarias” como las que tienen que ver con marihuana y matrimonio incluyente.

Puede ser que esta explicación tenga sentido, sin embargo, la pregunta obligada sería, ¿acaso ellos, los sacerdotes, cardenales y obispos, también harán un examen de autocrítica y reflexión?