“De ser una niña muy tierna y femenina, ahora que se encuentra cursando el segundo año de secundaria, se cortó el pelo muy chiquito, le gusta usar pantalones y sudaderos que parecieran que son dos tallas más de la que usa y sus modales han dejado de ser femeninos. Yo me empeño en comprarle vestidos e insistirle que utilice accesorios que la hagan ver femenina. Me dice que sí pero casi nunca los usa. En una ocasión me comentó que creía que le gustaban las niñas pero yo le dije que no, que sólo era un acto de rebeldía.”
Lo anterior es lo que con frecuencia expresan los padres de adolescentes que refieren tener una orientación sexual homosexual, incluyendo las diferentes categorías que en la actualidad se conocen de ella.
Pero, ¿estás conductas que pueden llegar a presentar los chicos se pueden considerar como de una orientación sexual homosexual definida o sólo es una búsqueda de la propia orientación sexual?
La orientación sexual es la atracción emocional, romántica o sexual que una persona siente hacia otra. Igualmente es parte de la identidad personal y se consolida al final de la etapa adolescente.
La adolescencia por su parte, se caracteriza por ser una etapa de cambios, que se inician en la pubertad con la aparición de los caracteres sexuales secundarios; aparición del vello púbico, ensanchamiento de caderas y pechos en la mujer, y el crecimiento del pene y el engrosamiento de la voz en el varón.
La sexualidad es una más de las áreas esenciales en el desarrollo de un sujeto que enfrenta cambios importantes en la etapa adolescente, ya que es en esta etapa en que alcanza su máximo desarrollo la búsqueda por la orientación sexual.
Por todos estos cambios, los jóvenes resultan altamente afectados y el cuerpo se convierte en su foco de atención que a la vez es fuente de ansiedad y de inestabilidad.
Sin embargo, con los cambios recientes en la actitud de la sociedad y la apertura en los medíos de comunicación hacia la homosexualidad, han facilitado que el adolescente en la búsqueda por definir su orientación sexual, experimente de manera más abierta, las diferentes tendencias que de ella se conocen: la homosexualidad, tranvesti, pansexual, asexual, etc.
En este proceso, el joven se compara, experimenta, explora sus impulsos sexuales, se prueba, se conoce a sí mismo y se reconoce. Un día podemos escuchar que dice ser homosexual y otro mostrar interés de vestirse como el sexo opuesto o incluso, no mostrar interés o curiosidad por la sexualidad.
Según diversos autores, la crisis de la adolescencia normal conlleva la posibilidad de que aparezcan dudas y confusiones acerca de la orientación sexual, pudiendo manifestar transitoriamente deseos homosexuales o bisexuales, etc.
Ante tales dudas y confusiones, el papel de los padres es el de proporcionarles orientación y apoyo para favorecer que el menor logre clarificar su orientación sexual, y cuando esto se alcance, los padres pedan aceptar dicha orientación sea la que fuere.
