LA ESTRATEGIA ELECTORAL AL DESCUBIERTO

La verdad López Obrador se defiende mejor callado. No cabe duda que el peor enemigo que tiene, es él mismo. Cada vez que abre la boca, deja un estercolero; no en balde la sabiduría popular lo ha bautizado como el cacas y el mismo ha dicho que el pueblo es bueno y sabio.

Los mexicanos estamos ya acostumbrados a los dislates verbales del primer mandatario, que tal parece se esmera y da vuelo para proferir uno mejor que el anterior. Pero con el más reciente, se llevó las palmas, porque asegurar que esta emergencia sanitaria cayó como anillo al dedo para sus objetivos, no tiene parangón (iba a decir no tiene madre, pero sería muy grosero).

Porque confesar que la crisis sanitaria y la consecuente crisis económica que se desprende como consecuencia, son justo lo que requería para sus propósitos, es el colmo del cinismo y la desfachatez, porque deja ver con claridad, la intención de manejar facciosamente la desgracia de otros, para sacar raja política y eso es absolutamente inmoral. Aunque resulta obvio concluir que para nuestro primer mandatario, la moral es tan solo un árbol que da moras.

Y para terminar de hacer espeluznante el panorama, esta situación implica una virtual declaración de guerra al empresariado nacional, encargado de la generación de empleos. Sector contra el que se puede acceder al poder, pero una vez que se ha llegado, con el que no es posible dejar de contar, para tener estabilidad económica y política.

En espera del anuncio oficial de las medidas de apoyo que la contingencia sanitaria impone, no es posible esperar grandes cambios y aguardar notables y sustanciales cambios en la postura oficialista, que pretende suponer que los mexicanos se doblegarán mansamente ante las dádivas. Es evidente que el oficialismo tiene como estrategia electoral el manejo clientelar de los apoyos sociales y la destrucción de la iniciativa privada.

López Obrador puede provocar con esto, un cataclismo político, que solo puede provocar dos cosas: el fortalecimiento o la destrucción anticipada de su régimen. Hagamos votos por ésto último, o porque el coronavirus nos gane la partida, porque con semejante alhaja no hay por donde.

Dios, Patria y Libertad