La Procuraduría General de la República y Javier Duarte abrirán hoy sus “cartas” ante las autoridades judiciales para dirimir si el proceso por lavado de dinero y asociación delictuosa amerita o no llegar a juicio. Incluso, uno de los caminos a seguir por parte de la defensa del exgobernador lo llevaría a cumplir una sentencia mínima en prisión.
Duarte tiene una opción para evitar la embestida judicial que pretende la PGR: buscar alguna forma de terminación anticipada del proceso y con ello ahorrarse el juicio. El procedimiento abreviado es una de esas salidas, aunque implica que el imputado acepte al menos una parte de su responsabilidad en los delitos, lo que por ahora el exgobernador y su defensa no han manifestado públicamente.
Si el exmandatario decidiera irse por este camino, negociaría la aceptación de algún delito y el retiro de otro por parte de la PGR, lo que le aseguraría la pena mínima de prisión y a ésta le restarían la tercera parte de duración.
Marco Antonio Fuerte Tapia, juez federal de control del Reclusorio Norte, presidirá este miércoles a las 16:00 horas una audiencia en la que será debatida y valorada la legalidad de cada uno de los más de 100 datos de prueba que ofrecerán las partes.
El juez ordenará excluir las que no sean útiles para el esclarecimiento de los hechos, no se refieran al objeto de la investigación o hayan sido obtenidas ilícitamente. Si resultan suficientes y pertinentes, habrá juicio.
Cabe mencionar que, desde el pasado 21 de agosto, al presentar la acusación, la PGR pidió que el exgobernador de Veracruz sea condenado a 25 años de prisión -15 años por lavado y 10 por asociación delictuosa-, en caso de que sea llevado a juicio.
