El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) pretende responsabilizar del desabasto de medicamentos a varias empresas que contrató desde el año pasado, las cuales no han podido cumplir con su cometido debido a las trabas burocráticas del gobierno.
Las empresas contratadas, CINSA, Arcar y Vantage, se han enfrentado a una gran madeja burocrática, pues el gobierno de la “4-T” no cuenta con un manual único de procedimientos que permita entregar los medicamentos con un machote único para la firma de recibido.
Ese manual fue parte de lo que el gobierno de López Obrador destruyó cuando al inicio de su gobierno desbarató el sistema de compras de medicamento que había funcionado durante muchos años y que garantizaba el abasto oportuno.
Al no haber un manual único, cada institución de salud e incluso cada hospital, tiene sus propios procedimientos para recibir el medicamento, lo que hace que el producto no pueda ser llevado de los almacenes a los centros médicos con la celeridad que se requiere.
Los directivos de las empresas citadas ya fueron advertidos de que podrían ser demandados por incumplimiento de contrato, a pesar de que el Insabi les dejó de pagar desde el año pasado.
Los empresarios de transporte y logística no cobrarán, serán demandados y además serán sustituidos por el Ejército, el cual no cuenta con el equipo técnico que se requiere para el traslado de ciertos medicamentos
