En noviembre de este año, el Senado de la República aprobó una serie de reformas a la Ley General de Salud; con estos cambios se obliga al IMSS y al ISSSTE a dar atención a mujeres embarazadas independientemente de si las pacientes están afiliadas –o no–, a estos institutos.
Según se dijo, los senadores buscan hacer más eficiente la atención a las pacientes embarazadas y reducir las cifras de mortalidad de mujeres embarazadas.
De acuerdo con el Centro Nacional de Equidad y Género y Salud Reproductiva, en la actualidad –a nivel nacional– se registran 2.1 millones de embarazos cada año y alrededor de 300 mil presentan complicaciones obstétricas. Además, en el mismo periodo, existen registros de 30 mil mujeres con secuelas obstétricas y de mil 100 mujeres fallecidas. No sobra recordar que cada muerte materna se traduce en un niño que crecerá sin una madre. Las cifras más recientes hablan de tres mil huérfanos cada año.
