Hoy no circula en megalópolis, cada quien con su golpe

Dicen los enterados que programas como el Hoy no circula deben terminar tan pronto inician.

Y es que, estrategias de esta naturaleza desarrollan anticuerpos al tiempo que se implementan.

Por ejemplo, cuando una familia se da cuenta que su automóvil no circula un día a la semana, hará el esfuerzo de comprar otro vehículo. De este modo, podrán transportarse todos los días.

Es así que, el resto de la semana, la familia tendrá dos autos para moverse. O si lo prefiere, la medida que pretende frenar el crecimiento exponencial de vehículos –y que busca reducir la emisión de contaminantes–, en realidad consigue lo contrario.

En esta lógica –siempre según los enterados–, políticas como el hoy no circula deben tener una vigencia y se deben reemplazar por otras estrategias que garanticen la reducción de gases nocivos a la salud.

El comentario viene a cuenta porque hace unas horas, el jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera anunció que los municipios que conforman la megalópolis –mismos que pertenecen al estado de México, Hidalgo, Puebla y Tlaxcala–, también aplicarán la medida.

Es decir, que muy pronto, el Hoy no circula será una realidad en la Ciudad de México y el área metropolitana.

El anuncio, para algunos, se trata de una buena noticia. Después de todo, los municipios de la megalópolis también incrementan los niveles de contaminación.

Para otros, la medida implica repetir y prolongar un esquema que debió desaparecer hace años.

Lo cierto es que, a los ojos enterados, en realidad estamos ante los términos de paz luego de una acalorada guerra política.

Como seguramente recuerda, los días de contingencia ambiental tensaron las relaciones entre los gobiernos de la Ciudad de México y el estado de México. Por un lado, el jefe de gobierno capitalino –Miguel Mancera–, responsabilizó al estado de México de no asumir la parte de responsabilidad que le toca por los niveles de contaminación. En respuesta, el gobernador mexiquense –Eruviel Ávila–, cerró el paso a los desechos de la Ciudad de México que, durante años, terminaron en los rellenos sanitarios de la entidad bajo su mando.

A partir de este momento, las declaraciones escalaron, el desencuentro creció y las partes en conflicto tensaron la situación.

Acaso por eso, hoy que la crisis ambiental quedó atrás –y que los políticos resolvieron sus diferencias–, los protagonistas del conflicto –Mancera y Eruviel–, reciben cada uno su golpe y siguen en lo suyo.

En el bando capitalino, los hombres de Miguel Mancera tuvieron que buscar un nuevo destino para los desechos de la ciudad. Y ahora, del lado mexiquense, deberán aplicar el programa hoy no circula.

Por eso, lo dicho, hoy se confirma que tanto la CDMX como el Edomex se quedarán, cada cual, con su respectivo golpe.