Hicieron un montaje en refinería de Tula para visita de AMLO

El pasado 7 de noviembre, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador visitó la refinería de Tula, Hidalgo, se realizó un montaje para que el primer mandatario observara que se estaba trabajando ahí al 100 por ciento, algo muy alejado de la realidad.

De acuerdo con el periodista Luis Carriles, experto en el sector energético y con mucho acceso a información confidencial, el director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, ordenó que ese día se pusiera a funcionar la refinería al 100 por ciento, porque el presidente no podía ver que se trabajaba a medio gas, como es habitual.

El personal técnico especializado le advirtió a Romero Oropeza de los riesgos que se correrían si se hacía lo que pedía, pues las instalaciones no estaban en condiciones de soportar una sobre carga de trabajo.

Pero el titular de Pemex insistió. Entonces se hizo un cronograma. Se tomó en cuenta que la visita de López Obrador sería corta y se decidió que se pondría a trabajar la refinería a toda su capacidad exclusivamente durante el tiempo en que estuviera en ella el presidente.

En su columna publicada ayer en El Sol de México, Luis Carriles aseguró que la refinería se echó a andar desde temprano y dos horas antes de la visita de López Obrador ya estaba trabajando a toda su capacidad.

Pero en cuanto el presidente se fue, apagaron prácticamente todas las máquinas para evitar que ocurriera un accidente por el mal estado en que se encuentra una buena parte del equipo y por la producción excesiva de combustóleo.

Para la noche de ese 7 de noviembre, la refinería de Tula ya estaba apagada en su totalidad y el depósito de combustóleo estaba lleno, algo anormal, derivado de la decisión de forzar el trabajo de la refinería.

Así fue como la obediencia ciega de Octavio Romero Oropeza estuvo a punto de provocar un accidente de enormes proporciones.