El primer año de la Cuarta Transformación del presidente Andrés Manuel López Obrador, definitivamente ha sido un fracaso.
La postura con la que llegó el tabasqueño resultó incompetente para la situación del país. Un presidente necio y un gobierno en pánico ante un escenario que jamás imaginaron vivir, la Cuarta Transformación se está quedando paralizada.
Pero un grave problema de este gobierno es “hay un presidente sin gabinete” como bien lo señala el periodista Carlos Loret de Mola en su columna de The Washington Post.
Loret señala el gobierno de AMLO más que tener un problema de estrategia de comunicación hay un problema de incapacidad en la gestión, pues ante las crisis que ha pasado en cada sector, los dirigentes jamás dicen nada y el que siempre sale a dar la cara es el presidente.
“Un presidente omnipresente es el estilo de gestión que él mismo diseñó para llevarse todos los aplausos: nadie de su administración dice nada porque él lo dice todo en sus conferencias matutinas diarias”.
“Si AMLO se visualiza como un Don Quijote idealista, debe saber que no tiene ningún escudero, porque él ha decidido ser su propio Sancho Panza”, escribe el columnista.
