Graue admite labor insuficiente para erradicar violencia en la UNAM; no renunciará

Luego de acudir a la casa de transición del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador y tras únicamente 25 minutos de conversación, a su salida el Rector de la UNAM, Enrique Graue admitió que los esfuerzos para acabar con la violencia en la Máxima Casa de Estudios han sido insuficientes.

“Hemos venido trabajando en ello, obviamente en forma insuficiente. Parte de las recomendaciones tienen que salir de la Comisión de seguridad del Consejo universitario”, afirmó al ser cuestionado por los medios de comunicación.

El académico sostuvo que se tendrá que reestructurar el área de vigilancia de la UNAM por completo “de la mano de trabajadores, estudiantes y profesores”, añadió.

Graue aseguró que durante el encuentro, López Obrador se solidarizó con la situación de la Universidad, luego de que el pasado 3 de septiembre un grupo porril atacara a estudiantes que se manifestaban pacíficamente en la Torre de Rectoría en Ciudad Universitaria.

“Lo tiene perfectamente consciente, muy solidario, comprende muy bien a la Universidad”, expresó.

Ante exigencias de algunos grupos de la UNAM para que renuncie, Graue afirmó que no lo hará. Además insistió en que la Universidad presentó denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) y la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México por los hechos ocurridos el lunes pasado y dijo que no hay complicidad de las autoridades universitarias con los grupos porriles.

“Ahí están los documentos”, aseveró.

Acompañado del vocero y del encargado de protocolo de la UNAM, Graue aseguró que están en espera del pliego petitorio general que se prevé concluir el viernes durante la Asamblea General Interuniversitaria y que, en tanto, han recibido y aceptado en lo general el pliego de los estudiantes del CCH Azcapotzalco, quienes fueron los agredidos el 3 de septiembre.

Sobre la reunión con López Obrador, Graue dijo que trataron una serie de temas que quedaron pendientes de la reunión pasada, como el presupuesto, posibles incrementos salariales y por supuesto, el problema de violencia en la UNAM.