Tal parce que la relación entre México y Estados Unidos no sólo incluye un acuerdo económico y laboral con el T-MEC, también podría haber un “amigable” intercambio de criminales para mantener feliz al gobierno vecino.
Y es que, en tan sólo una semana, por lo menos seis narcotraficantes identificados como de “primer nivel”, piezas importantes en los cárteles de Tijuana, Sinaloa, Los Zetas y los Beltrán Leyva, fueron extraditados a territorio estadounidense para ser juzgados por crímenes contra la salud.
Entre los capos que enfrentarán a la justicia norteamericana se encuentra Gustavo Rivera Martínez “El P1”; José Odilón Ramírez Peralez; Mario Núñez Meza, “El M10”; Juan Carlos Juárez Torres; Francisco Hernández García, “El Panchito” y José María Guizar Valencia, “El Z43”. Pero todo comenzó con la entrega de Ismael Zambada Imperial, “El Mayito Gordo”, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada.
El “P1” se convirtió en la mano derecha de los hermanos Arellano Félix, además de controlar el dinero del cártel y ser uno de los sicarios más reconocidos en el norte del país.
Odilón Ramírez es acusado de lavar millones de dólares para los Zetas y fue aprehendido en 2012 en el estado de Coahuila. Mario Núñez Meza es acusado de llevar a cabo, por lo menos, 350 asesinatos mientras sostenía una relación con el narcotraficante más poderoso de México, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
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Todos ellos cuentan con un largo historial criminal y aunque el Gobierno Federal se haya negado a la iniciativa del presidente Donald Trump de clasificar a los narcos como terroristas, la realidad es que la 4T decidió entregarlos antes de que haya una invasión militar estadounidense en México.
¿A quién habrá que tenerle más miedo: a los cárteles o al Gobierno de Estados Unidos?
Con información de Milenio
