GOBIERNO FALLIDO

Andrés Manuel López Obrador empezó su gobierno con grandes expectativas, sobre todo de los millones de mexicanos que votaron a su favor.

Por espacio de tantos años repitió que conocía tan bien el país, porque lo había recorrido de un extremo a otro, se conocía sus problemas al dedillo y sobre todo, la manera de solucionarlos, que muchos se lo creyeron y decidieron darle una oportunidad.

Pero no tardó en decepcionar a quienes le dieron el voto de confianza, porque López Obrador es un mediocre, un tipo inepto e impreparado, que solo sabe aprovechar de manera vulgar y oportunista las coyunturas, pero que carece de la capacidad para diseñar e implementar estrategias eficaces de solución.

Y esto lo podemos identificar en la marcha del país, donde a cada paso que demos, es posible encontrar indicios muy claros de que el gobierno federal, emanado de la llamada cuarta transformación, es sin lugar a dudas, un gobierno fallido.

Lo anterior, es posible advertirlo a través de los tres principales rubros en los que se notan de manera más evidente, los yerros del gobierno federal en funciones, a saber: seguridad, economía y salud, sin importar el orden de ellos.

Estas deficiencias se han visto traducidas en que el gobierno federal, encabezado por López Obrador ha perdido el apoyo de las clases medias, que han visto reducirse drásticamente su nivel y calidad de vida, poniendo a la cuarta transformación en serios aprietos, merced a ser la clase media el motor de los cambios sociopolíticos en el país y en el mundo.

En semejante orden de ideas y para tratar de frenar su deterioro a toda costa e intentando encontrar apoyos de todo tipo, para detener la inminente caída de su régimen, es que Lopez Obrador determinó viajar a los Estados Unidos, en búsqueda de apoyo del presidente norteamericano Donald Trump.

Y es que, recalcamos, a Trump la visita de su homólogo mexicano no le servía de nada, toda vez que en el mundo todo mundo conoce la relación de subordinación existente entre México y Estados Unidos. En tal virtud el primer ministro de Canadá no acudió a un encuentro, que sabía de antemano que en nada o en poco, le iba a beneficiar.

Pero este no era el caso de López Obrador, que acudió a la capital norteamericana, deseoso de encontrar recursos para sostener su tambaleante régimen, sin reparar en el costo que ello representara, porque era obvio también que Trump no iba a hacerlo gratis.

Y López Obrador obtuvo lo que buscaba: un chivo expiatorio, en la figura de Emilio Lozoya, que le representa la posibilidad de poder tender grandes cortinas de humo, con el pretexto de continuar la lucha contra la corrupción y recursos económicos para intentar apuntalar su gobierno, que se ha caracterizado por el derroche y el reparto a discreción de dádivas a sectores sociales absolutamente improductivos, habida cuenta que Trump para tratar de asegurar su reelección, gasta dinero a manos llenas.

¿El precio a pagar? Continuar por supuesto sometidos a Estados Unidos en lo económico y en lo político, aceptando de antemano lo que Washington determine, pero además con un tercer elemento adicional: abandonar a su suerte a los paisanos que viven en el vecino país, renunciando de antemano a elevar la voz en su defensa.

Así pues, López Obrador regresó muy orondo a México, con las maletas llenas de recursos, en lo económico y en lo político; no le importó que para ello, tuviera que vender a más de treinta millones de compatriotas, que requerían de quien los ayudara a enfrentar las despóticas condiciones de inmigración en el vecino país.

De esta manera, Trump confirmó quien es el que manda en América del Norte y López Obrador dejó evidenciado muy bien, que es un pelele, sin voluntad propia, capaz de cualquier indignidad con tal de retener el poder. Será indispensable difundir esto y recordárselo a la gente, unos meses antes del proceso electoral por venir, para ayudar a definir su criterio.

Después de las razones expuestas, ¿habrá una sola persona que sensatamente se niegue a convenir que el de Andrés Manuel López Obrador es un gobierno fallido, derrotado moral, política y económicamente?

Dios, Patria y Libertad