GEOPOLÍTICA Y HEGEMONÍA

La lucha por la hegemonía mundial ha proseguido desde diversos ámbitos

Columna DE GEOPOLÍTICA: el tic tac del reloj geopolítico
Columna DE GEOPOLÍTICA: el tic tac del reloj geopolítico

Ante las miradas de propios y extraños, los eventos que se han ido desarrollando desde el 11 de septiembre de 2001 a la fecha, son el inequívoco proceso del incontenible orden mundial.

En ese sentido, ¿cómo entender la participación de la ejecución del método y de la teoría geopolítica?, máxime en la diversidad de eventos, conflictos y guerras, que le han dado sentido a la existencia de Estados y naciones, sobre todo en el presente siglo, al cuál se le había considerado que fuera el adecuado para el fortalecimiento de los valores democráticos, las libertades humanas, como de la libre expresión, pero sin embargo, no ha sido así del todo.

Diversos Think Tanks, como la Rand Corporation, Heritage Foundation, Brookings Institution, Center for Strategic and International Studies, Chatam House, International Institute for Strategic Studies como el Council on Foreign Ralations, entre otros, han estudiado las causas y motivaciones por las cuáles, la sociedad global no ha podido hacer la debida transición a un cúmulo de valores fundamentales para la convivencia entre naciones y Estados.

En ese sentido, la lucha por la hegemonía mundial ha proseguido desde diversos ámbitos que van de la seguridad internacional, al cambio climático, de la cultura a los avances tecnológicos, cómo también, de la salud al desarrollo nacional.

Luego entonces, desde que los padres de las teorías clásicas de la geopolítica, establecieron sus postulados para darle certidumbre a los intereses nacionales de las potencias de principios del siglo XX, instituyeron que para la preservación de los Estados y su consolidación, era pertinente, el estudio de la estrategia, la aplicación de la inteligencia, establecer la operatividad de la razón de Estado (hoy conocida como seguridad nacional) y robustecer las instituciones encargadas de la defensa nacional.

La geopolítica como ciencia, comenzó su largo camino analítico, metodológico y teórico, a causa de las nuevas condiciones que se estaban erigiendo en el orden internacional, en donde la hegemonía dominante, era el imperio británico, pero siempre cuidándose de su principal rival: Francia, sin embargo, no solo era esta su única  amenaza, era también el imperio ruso, el imperio Turco-Otomano, así como las nuevas naciones emergentes al interior de Europa como Alemania e Italia y que decir, del ascenso de los EEUU como potencia industrial y del Japón que entraba en un rápido proceso de modernización, para posicionarse como potencia asiática.

Ese orden mundial, estaba entramado por el proceso de la revolución industrial, el colonialismo en África, Asia y Oceanía, el reordenamiento del comercio mundial, así como de la definición de zonas de control y de influencia por parte de las potencias del momento.   En cada uno de estos influjos, los padres de la geopolítica, tuvieron a bien analizarlos, estudiarlos e identificarlos, para desentrañar las repercusiones que tendrían en una confrontación futura (era inevitable que sucediera).  Si bien, no contaban con la exactitud de cuando acontecería un conflicto en Europa, si estimaban que era prioritario, que sus respectivas naciones, contaran con todas las capacidades para afrontar la amenaza de una guerra entre potencias.

Dentro de las tesis propuestas por el Contraalmirante en retiro Alfred Thayer Mahan, eran hacerle entender a la elite gobernante, que las capacidades reales de los EEUU, no estaban en ser una potencia terrestre; se debía concretar, que a través del desarrollo tecnológico y con el empuje de la industrialización que vivía esta nación, correspondía crear una armada moderna, eficiente y con alta capacidad defensiva, para hacer frente a toda aquella nación que buscara obstaculizar los intereses estadounidenses en el mundo.

De igual manera, tanto Sir Halford Mckinder como Julian Corbett, definieron que para que el imperio británico mantuviera su vigencia y predominio, convenía por un lado modernizar sus capacidades navales, actualizar la capacidad de actuación de las fuerzas armadas en cualquier parte del territorio británico, pero de igual manera, era menester, aislar lo mas posible a los enemigos de la corona, tal era el caso del imperio ruso.

A su vez, la naciente nación alemana que buscaba erigir su propio devenir en un mundo altamente complejo (para la época), reclamaba su status como nueva potencia europea, anhelando ampliar sus fronteras terrestres, pero de igual manera, ocupar espacios coloniales, allende de las fronteras continentales, para ser participe del gran comercio que estaba desarrollándose en diversas partes del mundo, y que desde la perspectiva de Friedrich Ratzel y posteriormente de Karl Haushofer, Alemania había sido relegada para ser participe de la repartición del mundo, de sus riquezas y beneficios.

En esta primera etapa del desarrollo de la geopolítica que es prácticamente la primera mitad del siglo XX, fue concretada por las capacidades del análisis que la tecnología les permitía, pero ante todo, el desarrollo de la geopolítica se fue centrando en las capacidades de cuatro elementos, la influencia política de los Estados, la preponderancia social, el control económico y un elemento fundamental, la fortaleza de las fuerzas armadas.

El tiempo ha pasado y la geopolítica ha evolucionado desde el siglo pasado, una diversidad de universidades e institutos en todo el mundo, han buscado constituir sus propias consideraciones de lo que es la geopolítica, pues para unos, es parte de la geografía, quitándole su importancia en la explicación de los sucesos globales y regionales, para otros, es una expresión para la justificación de las acciones que emprenden las potencias y para otros más, es una manera de adornar un tema coyuntural para darle mayor validez a sus expresiones.

Pero lo cierto, es que la geopolítica en el siglo XXI, ha podido trascender y su método, como su teorización, están orientadas hacia el análisis, comprensión y reflexión de la realidad del comportamiento del sistema global, sus implicaciones y afectaciones, ofreciendo una diversidad de escenarios factibles y de cuáles pueden ser sus consecuencias, recuperando en mucho sentido, lo que la prospectiva asumiera, tras la defenestración de la geopolítica, por su utilización analítica por parte de algunos hombres cercanos al nazismo.

Sin embargo, la geopolítica está reclamando y por mucho, su propio campo de conocimiento, sea desde la teorización clásica o crítica, pero siempre, anhelante para ofrecer a los tomadores de decisiones, las mejores opciones que favorezcan al Estado, y ello se puede observar en los acontecimientos que están marcando la presente década del siglo XXI, en dónde, el reacomodo de las fuerzas globales, obliga a estar llevando a cabo un replanteamiento constante de las variables con las que se pueda llevar un análisis lo mas certero posible.

Los padres de la geopolítica, Mahan, Ratzel, Kjellen, Mackinder, Spykman, Haushofer o Corbett, definieron la estructura y forma de la armazón mundial, en donde las piezas asumían el debido rol para mantener el statu quo imperante. Pues de igual manera, en el actual tablero mundial, las piezas, los actores, juegan a razón de sus intereses para preservar el orden vigente, tal como fue en el surgimiento de la geopolítica. Ahora el desarrollo tecno-científico, injiere en la prontitud de lograr un objetivo, pero el predominio entre potencias y actores secundarios, es una constante en el espacio-tiempo de la humanidad.

La danza de las corcholatas termino para el oficialismo y para la oposición, ganadores y perdedores, es tiempo de sumar adeptos, robustecer alianzas, como de curar heridas, pero también, de demostrar lealtades, algo que en el sistema político, no es muy común, por lo que aún se seguirán viendo las traiciones tan acostumbradas en la política nacional.