GENERAL CIENFUEGOS: ¿USTED DISCULPE?

Son muchos los especialistas en temas de seguridad que han manifestado sus dudas respecto a que el general de división Salvador Cienfuegos Zepeda sea responsable de los delitos que le imputa la justicia de Estados Unidos.

El pasado 21 de octubre, el ex titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Renato Sales Heredia, calificó de “inverosímil” la acusación que hace la justicia del vecino país del norte, debido a diversos factores.

En términos similares se han expresado públicamente el ex procurador general de la República, Ignacio Morales Lechuga, y analistas como Juan Ibarrola y Javier Oliva.

El general Cienfuegos fue detenido con base en las acusaciones que hizo en su contra un testigo protegido y en la intercepción de supuestas llamadas telefónicas entre él y Francisco Patrón Sánchez, alias H-2, un narcotraficante de tercera que operaba en Tepic, Nayarit.

En cuanto a lo primero, las acusaciones están desvirtuadas de origen, pues provienen de una persona que las hizo a cambio de obtener beneficios dentro de su propio proceso penal.

En cuanto a lo segundo, la justicia estadounidense no ha aportado suficientes elementos. Y lo que ha hecho público es risible, pues sostiene que identificó a Cienfuegos como El Padrino porque mientras dos narcos se comunicaban por celular, uno de ellos decía que El Padrino estaba en televisión y en esos momentos quien aparecía en las pantallas era Cienfuegos.

Se acusa al militar mexicano de fortalecer al cártel de los Beltrán Leyva. Pero para cuando supuestamente Cienfuegos se vinculó con el H-2, (entre 2015 y 2017), el cártel de los Beltrán Leyva ya estaba desmantelado y el H-2 hacía por su cuenta operaciones de poca monta, exclusivamente en el centro del estado de Nayarit.

Como secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos tenía a su disposición una gran cantidad de recursos materiales y humanos. Se podía trasladar de un punto del país a otro en aviones  o  helicópteros militares cuando lo deseara y gozaba de salario y prestaciones decorosas. ¿Para qué se querría aliar un titular de la Sedena con un narcotraficante de baja estofa como lo era el H-2?

La detención del ex titular de la Sedena, que según Renato Sales representa una grave violación a nuestra soberanía nacional,  podría tener motivaciones ajenas a la procuración de justicia.

María de Hass, académica experta en temas de seguridad nacional, sostiene: “El contexto político y electoral de la detención en los Estados Unidos y en México orilla a pensar que la acusación busca deslegitimar las acciones que el presidente López Obrador ha girado a los militares en su sexenio al tratar de abatir la imagen de incorruptibilidad de la institución castrense”.

En su columna publicada el pasado lunes en el diario El Soberano, Hass señala: “la acusación también fortalece el discurso de seguridad de los intereses electorales de algunos grupos políticos en los EU, centrado en presentar a nuestro país como un factor de riesgo, comparando a nuestro gobierno con Venezuela”.

El general Salvador Cienfuegos no puede ser visto simplemente como un ex integrante del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto ni se le puede comparar con otros miembros del equipo peñanietista, como el ex director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin.

En nuestro país, las fuerzas armadas son una institución que está más allá de los vaivenes políticos y sexenales. La detención de un destacado militar sin pruebas convincentes golpea no solo al gobierno anterior, sino al actual, pues aunque el presidente provenga de un partido distinto, la institución castrense sigue siendo la misma.

Al parecer, en la autodenominada “Cuarta Transformación” ya empezaron a entender la gravedad de la detención de Cienfuegos y a dudar de la solidez de las acusaciones que le hace la justicia estadounidense.

Tras mucha presión, por fin el gobierno mexicano se atrevió a expresar a su contraparte del norte su “profundo descontento” –así lo dijo el canciller Marcelo Ebrard— por no compartir la información respecto al caso de Cienfuegos.

La reacción del gobierno mexicano es por lo menos tibia y tardía. Reclama por que Estados Unidos no le compartió información, pero nada dice de la violación a nuestra soberanía que significa el que la DEA intervenga llamadas telefónicas en nuestro país.

OFF THE RECORD

**OLGA EN LUGAR DE GATELL 

Durante su reunión de ayer con 15 mandatarios estatales, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, advirtió que podría haber un repunte de contagios de Covid-19 en las próximas semanas.

Pidió a los gobernadores actuar juntos para enfrentar lo que viene, algo que nunca ha pedido ni pedirá el súpersubsecretario de Salud, Hugo López-Gatell.

Olga dijo “repunte”, que es muy distinto a “rebrote”. Repunte significa que no hemos superado aún la primera oleada, algo que tampoco dirá nunca el señor Gatell.

**NUEVO VIRREY EN SAN LÁZARO

Hasta la hora en que fue enviada esta colaboración, se perfilaba la designación, perdón, elección, de Ignacio Mier Velazco como nuevo coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados.

La vicepresidenta de la Cámara, Dolores Padierna, se disciplinó y declinó sus aspiraciones a favor de Mier.

Más tarde hizo lo propio Sergio Gutiérrez, otro de los supuestos aspirantes.

Decimos supuestos, porque de antemano el dedito de ya saben quién  había señalado a quien sería el ungido.

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