Gálvez y el camino de la campaña electoral

José Alberto Márquez Salazar

José Alberto Márquez Salazar

La Senadora Xóchitl Gálvez es la persona responsable de organizar los esfuerzos del Frente Amplio por México (FAM) rumbo a la elección presidencial del 2024; es la organizadora, pero no la líder de ninguno de los tres partidos políticos integrados al FAM (Acción Nacional, PAN, Revolucionario Institucional, PRI, y de la Revolución Democrática, PRD).

La Senadora es la figura atractiva, disruptiva, “grosera”, agradable, sobre la que se centrarán las críticas, las burlas, las ofensas, los insultos de los afines al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador y al Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA); para bien o para mal, también adquiere los sambenitos de los dirigentes y lideres de los tres partidos políticos.

 

Aunque busquen disfrazarlo de un acto precautorio, la Senadora cargará con una parte de la desorganización y del incumplimiento del FAM con los 2.3 millones de personas que acudieron a manifestar su simpatía por los aspirantes a coordinarlo.

 

Ante la usencia de una figura “rentable”, hace menos de tres años, analistas, comentaristas y militantes disfrazados de periodistas vendían las ventajas de Luis Donaldo Colosio Riojas como la persona ideal para derrotar al presidente de la República y a MORENA en el 2024; luego fue Enrique de la Madrid; luego fue Lilly Téllez de la que se admiró su divorcio con MORENA y López Obrador, su gesto respondón, su combatividad en el Senado de la República. (La veían como la candidata al gobierno de la Ciudad de México, cuando las encuestas la ponían compitiendo en segundo o tercer lugar).

 

Muchos de esos mismos que impulsaron a otros y otras personas, incluyendo al Senador de Morena, Ricardo Monreal, como candidato de la oposición, ahora descubrieron en la Senadora Gálvez a la candidata ideal para que el FAM enfrente a Morena.

 

Desde ya, la Senadora será cercada por los que se suben al carro de la victoria; van a buscarla para venderle todo tipo de estrategias, de ideas, de herramientas para ganar una elección que está lejos; también, evitarán que un importante grupo de ese espectro denominado “sociedad civil” se acerque a ella. Eso sucede con casi todas y todos los candidatos.

La Senadora Gálvez organizará a tres partidos políticos (uno a punto de la extinción) con diferencias ideológicas, con estructuras disimiles, con grupos que hasta hace unos años se enfrentaban, con perspectivas de política pública diferentes.

Algunos de los promotores alegres del FAM señalan que su integración es un “hecho histórico” por integrar a los partidos políticos que hasta hace poco disputaban el poder. Ese “hecho histórico” tiene un principio y un fin: derrotar a Andrés Manuel López Obrador, presente o no en la candidatura del 2024;.no un proyecto de país, de gobierno.

No es un hecho histórico, es una necesidad coyuntural por qué Andrés Manuel centró en su persona al sistema político mexicano y la oposición, directa o indirectamente, también lo hizo.

Entre el primer trimestre de 2022 y agosto de 2023, Andrés Manuel López Obrador mantiene un 57 % de aprobación y apenas aumentó 3 % su nivel de desaprobación, pero entre el primer trimestre de 2019 y este agosto de 2023, su nivel de aprobación bajó en 24 %.

¿La organizadora del FAM quiere llevar a referéndum, sobre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la elección del 2024?

Gálvez es la responsable de organizar al FAM, no es la líder, no es la conocedora de ninguna de las tres estructuras de los partidos que lo integran. ¿Tendrá la probabilidad de coordinar el tema fundamental que une a las dirigencias de los tres partidos políticos: la distribución del poder y de las candidaturas a cargos de elección popular? En 2024 estarán en disputa alrededor de 20 mil posiciones.

En el 2024, se renovará la presidencia de la República, nueve gubernaturas (Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz, y Yucatán); el Senado (128) y la Cámara de Diputados (500); 2,059 ayuntamientos, 16 alcaldías, 16,279 síndicos y regidores en todo el país y 31 Congresos locales (Coahuila es la excepción).

Mientras la Senadora Gálvez reciba toda clase de ofensivas de parte de Andrés Manuel López Obrador y de Morena (además de la candidata/o de éste), los lideres de los tres partidos políticos estarán felizmente en las negociaciones para la distribución de cargos (para eso están ahí).

Xóchitl Gálvez no es ajena a la clase política nacional, a esa que fue rechazada en la elección del 2018; no tiene grupo político, por lo menos eso dice. Tiene una responsabilidad, ganar la presidencia de la República.

Mientras Gálvez recibía la constancia para organizar al FAM, la sonrisa de los dirigentes, Jesús Zambrano, Alejandro Moreno y Marko Cortés era amplia, evidente, estaban felices. Gálvez les representa dos cosas: una candidatura que parece competitiva y, fundamental, el manejo de esas 20 mil posiciones.

Esos dirigentes, que determinarán candidaturas, fueron incapaces de enfrentar a Andrés Manuel López Obrador y a la Cuarta Transformación con inteligencia y capacidad. Ahora, están felices por que tiene una persona que lo hará.

¿Y las personas simpatizantes de Gálvez? Cada uno, alejados de los reflectores y la estridencia, deberán revisar su libreta de contactos, hablar con amigos, vecinos, colegas, para promoverla; ir a la calle, a las plazas, a los recintos, aulas, ganar el espacio público, para reproducir una narrativa (aun no existente). En otras palabras, hacer el trabajo por el cual se financia a los partidos políticos.

No es tarea sencilla, sobre todo si consideramos que la Cuarta Transformación, dirigidos por López Obrador, viene haciéndolo desde hace más de 12 años.

Se han inventado pretextos para justificar la baja presencia de los simpatizantes, no partidistas de Gálvez, en el acto del Ángel de la Independencia. Ella recibió el mayor apoyo de “firmas” en la Ciudad de México. ¿Y si eso sucede el 2 de junio del 2024 y la “sociedad civil” que la apoyó no va votar? Los partidos tienen que asegurar sus cargos, sus espacios (la mayoría en los congresos), no la presidencia. Espero que la organizadora del FAM lo sepa y copie a Ulises en el trayecto a Ítaca (puerto no conocido por ella).