Durante el segundo semestre del primer año de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador fue anunciada una “súperinyección” para el rescate de Petróleos Mexicanos (Pemex) luego de –por milésima vez- culpar a otros gobiernos por dejar a la empresa del Estado en malas condiciones.
Según el propio mandatario, con el apoyo de la 4T, la petrolera tendría garantizada la producción interna y muchos barriles más, sin embargo, este jueves se dio a conocer que para agosto de 2020 será inexistente la producción de gasolina Premium.
Dicha noticia deja tres principales problemas: el primero es que Pemex perderá 65 mil 104 millones de pesos que se obtenían con la venta del combustible; en segundo lugar, se dejarán de producir los 107 millones de barriles que los consumidores requerían de manera diaria; y finalmente, el Gobierno Federal deberá gastar en la importación de nuevo producto por lo que se podría esperar un aumento en los precios.
De acuerdo con datos del AMIA, el Inegi, Pemex y la propia Subsecretaría de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía (Sener), hasta 5 millones de mexicanos podrían ser afectados por la falta de producción de la gasolina.
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Por ello, Pemex Transformación Industrial (TRI) planea la importación de 103 mil barriles diarios tipo Ultra Bajo Contenido de Azufre por los cuales pagarán 68 mil 104.6 millones de pesos, es decir, ahora la petrolera gastará lo que antes ganaba y hasta un poco más.