Farsantes en la prensa, farsantes en todos lados

Con alguna frecuencia, los ciudadanos ven a las autoridades, a los servidores públicos y, en general, a la clase política como un hato de farsantes.

Que si desvían recursos públicos, que si se benefician con los programas de gobierno, que si medran con las desgracias ajenas, que si, que si, que si…

Ciertamente, en las cúpulas de poder se concentran los farsantes. No obstante, este cáncer no es exclusivo de la política. Y para muestra, un botón.

Este miércoles circuló en medios y en redes sociales la historia de Benjamín Dávila, un hombre que se hizo pasar por reportero con tal de ingresar a una zona acordonada por la policía.

De acuerdo con el video que se popularizó en redes –y que grabó uno de los gendarmes– , Dávila trató de “charolear” a los agentes que impidieron su paso. Este farsante dijo trabajar para las frecuencias de Radio Fórmula e incluso aseguró que era titular de un espacio radiofónico de nombre “Detrás de la barra”.

No obstante, un par de horas después de que circuló la noticia, la propia radiodifusora exhibió la mentira.

Según Fórmula, Benjamín Dávila no tiene relación laboral con elgrupo de medios, el programa que dice conducir no existe y la credencial que muestra no corresponde a las identificaciones de la radiodifusora.

Es decir, que Dávila nos recuerda que los farsantes existen y operan por todas partes; incluso en los medios de comunicación.

El caso de Benjamín Dávila deja ver cómo muchos creen estar por encima de la norma gracias a la naturaleza de su empleo o por sus relaciones personales.

Benjamín Dávila, como muchos otros “lords”, “gentlemen” y “ladies”, retrata de cuerpo entero al México en que pocos respetan la norma, en que pocos hacen valer el Estado de derecho y en que muchos buscan formas de dar la vuelta a las reglas para salirse con la suya.

Bien por Fórmula que respondió con prontitud y exhibió a otro farsante. Qué pena por los vividores, como Benjamín Dávila que hacen de la trampa un estilo de vida.