El día de ayer 31 gobernadores de México dejaron de lado sus ocupadas agendas para cumplir con una cita en Palacio Nacional, donde fueron convocados para firmar y oficializar su unión al Acuerdo Nacional por la Democracia.
Al llegar al recinto histórico de la Ciudad de México, la situación que les esperaba fue muy distinta a lo prometido. Despojados de todo lo “innecesario” (celulares, documentos y asistentes), los mandatarios se sentaron a escuchar a AMLO hablar y hablar.
Al parecer dejaron sus compromisos y tomaron vuelos desde sus respectivos estados para nada. No hubo firma alguna, no hubo diálogo.
De acuerdo a la crónica de MILENIO, el presidente se encargó de dar una clase de historia donde aseguraba que la democracia nunca existió en México hasta el 2018, cuando un “partido diferente” ganó el poder a decisión de los mexicanos.
Les “habló bonito”, les dijo que serían el ejemplo en la historia de la democracia por ser parte del cambio, por aceptar unirse a un acuerdo donde aceptaban su no intervención en el proceso electoral, serían unos “auténticos demócratas”.
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Aseguran que su discurso fue diferente, que no hubo ataques a administraciones pasadas o al PRIAN, en esta ocasión, AMLO se comportó de manera diferente a lo que vemos diariamente en las mañaneras.
Sin embargo, cuando creían que ya iban a firmar el dichoso acuerdo que tanto revuelo causó, AMLO no les dio ni tiempo de hablar, con un “nos vemos en junio” finalizó la reunión a lo lejos. Los despidió con ‘abrazos a la distancia’ y terminó el evento.
Nunca existió el diálogo con los gobernadores que jamás se negaron a firmar el convenio propuesto por AMLO desde febrero. Todos se quedaron con las ganas de discutir el avance de la vacunación en sus entidades para médicos y adultos mayores, el plan de regreso a clases y la vacunación para maestros.
Llegaron como se fueron, sin nada.
Con información de Milenio
EY
