En los últimos tres años, con la expansión territorial de Morena, se acentuó la militarización de la seguridad pública en el país.
En ese sentido, de las 11 entidades que ganó el partido oficial en las elecciones del pasado 6 de junio, siete ya atendieron el llamado del presidente Andrés Manuel López Obrador y tienen jefes de Policía que provienen del Ejército o de la Marina.
Un caso que llama la atención es el del gobernador de San Luis Potosí Ricardo Gallardo, quien ganó los comicios bajo las siglas del PT y el PVEM, pero es aliado de Morena, también nombró a un mando castrense.
Cabe señalar que aunque la designación de los mandos locales es facultad de cada gobierno estatal, López Obrador ha pedido que que las Fuerzas Armadas palomeen los perfiles.
Cabe recordar que el pasado 19 de octubre, el tabasqueño abiertamente sugirió a las nuevas gobernadoras y mandatarios consultar el nombramiento de sus encargados de seguridad con los titulares del Ejército y la Marina.
Según, López Obrador tal opción es para que las administraciones estatales designen a “personas incorruptibles”.
Ven inadecuado nuevas tareas de los militares
Sin embargo, el experto en temas de seguridad Carlos Mendoza considera que la designación de mandos castrenses en los gobiernos estatales no es una práctica adecuada ni conveniente.
También aseguró que, además de ser instituciones civiles, implica un involucramiento cada vez mayor de las Fuerzas Armadas en diferentes facetas de la vida pública.
“Ya ni siquiera hay un argumento de que va a ser transitorio y que se va a regresar a un mando civil; ahora sólo se consulta a la Defensa o a la Marina (y se hace el nombramiento).
“Hay una narrativa explícita de extender el control militar de las fuerzas policiales y eso me parece algo muy preocupante”, dijo el también académico de la UNAM.
Este es un punto que se ha soslayado, pero gracias a la expansión territorial de Morena se acentuó la militarización en el país.
Con información de Reforma
JZ
