ESPÍRITU DE STALIN EN PALACIO NACIONAL

@pepecontreras_m

El presidente Andrés Manuel López Obrador quisiera que los jueces de nuestro país se comportaran como los de la Unión Soviética durante el régimen totalitario de Iósif Stalin, que se limitaban simplemente a expresar en los juicios las sentencias que el mandatario dictaba.

Con jueces de consigna fueron llevados al paredón centenares de personas, muchas de ellas héroes de la Revolución Rusa, que Stalin consideraba una amenaza para el régimen dictatorial que encabezaba, a veces solo por haber expresado con amigos o vecinos una opinión distinta a como pensaba el líder.

El rostro de Stalin se reflejó en el del presidente López Obrador el pasado viernes cuando desde el púlpito de la mañanera, en Palacio Nacional, descalificó al juez segundo de distrito materia administrativa, Juan Pablo Gómez Fierro, por haberse atrevido a suspender la reforma eléctrica que había sido promulgada menos de 48 horas antes.

En un discurso lleno de doctrina y de nacionalismo rancio, el primer mandatario pidió al Consejo de la Judicatura investigar al juez, porque “estos jueces surgen cuando se lleva a cabo la reforma eléctrica para proteger a las empresas particulares y extranjeras, no para proteger el interés nacional”.

Esta arenga desde la plaza pública provocó que el impartidor de justicia fuera víctima del chavismo digital; en poco tiempo, hordas de seguidores reales y bots de López Obrador lo lincharon virtualmente con etiquetas como la de “traidor a la patria”.

Eso era precisamente lo que hacían Stalin y su maestro, el dictador italiano, padre del fascismo, Benito Mussolini. Primero arengaban a la población mediante discursos en plazas públicas en las cuales descalificaban a quienes se salían del guion y luego utilizaban a los jueces para que emitieran sentencias a modo, so pena de ser llevados también al paredón.

El pasado viernes, el presidente dijo: “queremos que la Judicatura del Poder Judicial haga una revisión del proceder de estos jueces, porque sería el colmo que el Poder Judicial del país estuviera al servicio de particulares”.

Alguien debería explicarle al presidente que por supuesto, los jueces están al servicio de los particulares y también de las instituciones del Estado, pues su función es mediar, impartir justicia y resolver las controversias que se presenten entre las instituciones y los particulares. Eso es lo que hace el juez segundo de distrito.

Es inevitable volver a pensar en Mussolini, quien, a partir de 1926, ya con el Congreso inhabilitado, con los partidos políticos de oposición suprimidos y con los medios de comunicación rígidamente controlados, estableció que los jueces debían interpretar las leyes “conforme al espíritu y la letra fascistas”.

¿Eso quiere López Obrador de nuestro Poder Judicial? Quizá el presidente se conformaría con que los jueces actuales se comportaran como el juez Eduardo Ferrer MacGregor, quien llegó a recibir órdenes directas de Gustavo Díaz Ordaz para condenar, sin bases, a los líderes del movimiento estudiantil del 68.

Varios de esos líderes que padecieron en Lecumberri los efectos de ser condenador por un juez al servicio del presidente de la República aún viven, como el diputado federal de Morena, Pablo Gómez, quien ha guardado un estruendoso silencio ante la amenaza pública del actual presidente al juez segundo de distrito.

OFF THE RECORD

**LA BURLA CON FÉLIX

Finalmente, las cúpulas de Morena se salieron con la suya y confirmaron como candidato al gobierno de Guerrero a Félix Salgado Macedonio.

Con esto se confirma el papelazo que hicieron las tres feministas que dominan en la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena.

Pudo más la obediencia ciega.

**CENSURA EN EXCELSIOR

Sin desperdicio, la nota publicada el pasado viernes en el diario digital La Otra Opinión ¡Confirmado! Censuran a columnistas de Excélsior sobre la censura de columnistas en el diario Excélsior.

Lo peor de todo es que los columnistas se han dejado censurar. El sueldo y el glamour importan.

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