Especialistas aseguran que Morena se está convirtiendo en el “PRI de la actualidad”

Especialistas señalan que Morena “no es moderno” pues echa mano de perfiles priístas o corporativos para ganar elecciones

Especialistas aseguran que Morena se está convirtiendo en el “PRI de la actualidad”
Foto: prensa-latina.cu

En la pasada jornada electoral, Morena ganó cuatro de las seis gubernaturas que estaban en disputa, mientras que en 2021 se llevó 11 de 15 gubernaturas.

Sin embargo, estas victorias y crecimiento del partido guinda se debe a que usó las viejas prácticas del viejo PRI, tales como el ejercicio personalista del poder, las prácticas de clientelismo electoral, la férrea disciplina de sus legisladores y la ausencia de democracia interna.

Pese a que en su momento los morenistas las criticaron y repudiaron, hoy esas prácticas y estructuras del viejo régimen autoritario se trasladaron a esta fuerza política.

Gracias a ello Andrés Manuel López Obrador llegó a la Presidencia en 2018, y su partido ha ganado las recientes jornadas electorales.

Por ello, diversos especialistas han apuntado que Morena se está convirtiendo en el PRI de la actualidad.

“Morena recurre a prácticas de clientelismo, de movilización del voto e incluso de coacción”

 

Francisco Reveles Vázquez, académico del Centro de Estudios Políticos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, señala que si bien –en términos teóricos– no puede hablarse de que Morena es un partido de Estado o hegemónico, las similitudes entre el PRI y Morena son evidentes.

Solo algunas de ellas, expone, son el culto a la personalidad del mandatario tabasqueño, lo que en elecciones se potenció; la centralización del poder y de la toma de decisiones que ejerce –tal como lo hacía el tricolor– y la disciplina de sus legisladores y dirigentes.

No sólo se parece al PRI, sino a partidos que tienen una visión muy electoral y cuyo objetivo es ganar los cargos a toda costa y se revela en este manejo que hace Morena desde la selección de los candidatos, donde no hay procesos democráticos, sino que se definen más bien por lealtad hacia el presidente o a los grupos políticos en el ámbito local”, apuntó.

Por su parte, Luis Carlos Ugalde, exconsejero presidente del extinto Instituto Federal Electoral (IFE), señaló que en unos cuantos años Morena “se ha constituido en el PRI de este siglo, con una presencia regional muy poderosa pero con prácticas del PRI del siglo pasado” pero eso no significa que sus gobiernos locales hayan sido hasta ahora distintos a los del pasado, o que las prácticas de este nuevo partido dominante sean distintas a las priístas. 

Como hizo antes el PRI, Morena recurre a prácticas de clientelismo, de movilización del voto e incluso de coacción”, lo que junto con el control territorial le será ventajoso para el relevo presidencial de 2024”, agregó.

Morena violó la ley de manera muy descarada

 

Los especialistas señalan que después de las campañas se da un fenómeno en el que no se apuesta a contenidos programáticos sino que ese partido y sus abanderados “solamente reiteran las políticas del gobierno federal, usando la imagen del presidente, su discurso, sus palabras y que nos hace recordar la época del culto a la personalidad del presidente en la era del PRI”.

Incluso, especialistas denuncian que en las elecciones hay prácticas que se cuestionaban al expartido mayoritario, el PRI, y ahora replica el partido guinda:

Se viola la ley de manera muy descarada, con la operación política de gobernadores, presidentes municipales, no importa que sea fuera de horas laborales porque se usan recursos del gobierno, se moviliza a las personas, se presiona el voto y eso es muy parecido a lo que el PRI hacía”.

Prueba de ello, fueron los procesos electorales de este domingo, pero incluso antes y durante las campañas, pues los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena, la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum; el canciller, Marcelo Ebrard, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, se desplegaron en las entidades en apoyo a los abanderados; funcionarios y legisladores hicieron lo mismo.

“Prácticas no democráticas que prevalecen en Morena”

 

Otro de los puntos clave de influencia presidencial son las conferencias matutinas: el principal motivo de denuncia de la oposición en las pasadas elecciones fue la permanencia al aire de las conferencias “mañaneras” de López Obrador en las que, si bien no llamó al voto, en plenas campañas en seis estados, sí aprovecho el espacio para descalificar a los partidos y candidatos opositores, incluso hizo los calificó en esta temporada como traidores por votar en contra de su reforma eléctrica.

Así, el principal reclamo opositor fue la inequidad en la competencia política, irregularidad que Morena mismo cuestionó y litigó siendo oposición, contra exgobernadores como Enrique Peña Nieto, del Estado de México o Rafael Moreno Valle, de Puebla, quienes en su momento tuvieron un activismo menor al del presidente, pero que en su momento fueron denunciados.

Otra semejanza con el tricolor, se refiere a la práctica del “tapado” y el “dedazo”, y que implica la decisión del presidente sobre las candidaturas, fenómeno que se aprecia ahora que el mismo mandatario federal abrió la carrera por la sucesión, pero también se vio a nivel estatal y que fue denunciado internamente.

En general, son prácticas no democráticas que prevalecen en Morena, donde las decisiones de candidaturas han sido muy poco democráticas y más bien son resultado de la decisión de uno (el presidente) o de acuerdos entre grupos locales”, expuso Reveles Velázquez.

“Morena no es un partido moderno”

 

Por su parte, Javier Rosiles Salas, profesor-investigador de la Universidad de la Ciénega de Michoacán (UCEMICH), coincide en que en términos teóricos no puede hablarse de que Morena sea un partido hegemónico, pues hay pluralidad en el país, los ciudadanos no le dan sus votos a un solo partido y hay mucha fragmentación política a nivel local.

Sin embargo, asegura que las estructuras priístas han migrado a Morena.

“El PRI tiene una ventaja histórica que es el trabajo territorial y lo que estamos viendo es que estas estructuras muy bien aceitadas del PRI están mutando o votando a favor de candidatos de Morena”, expuso.

Indica que, siendo un partido nuevo, Morena “no es moderno”, pues echa mano de perfiles priístas o corporativos para ganar elecciones, lo que le impide presentar una oferta novedosa.

Sin embargo al nutrirse de estos liderazgos añejos lo que hace es ganar elecciones como vimos este domingo. Pero no me adelantaría a decir que el PRI desaparecerá porque estas estructuras que antes respondían al PRI ahora están nutriendo a Morena. Pero no tendrían problema en cambiar de marca partidaria (otra vez) si así responde a sus intereses”, comenta.

Un ejemplo de esto que señala el experto es que apenas este domingo ganaron las principales entidades para Morena los expriístas Américo Villarreal, en Tamaulipas; Julio Menchaca, en Hidalgo, y Marina Vitela, en Durango, quienes se sumarán a otros expriístas hoy mandatarios estatales gracias a Morena.

Morena tendrá una capacidad electoral más potente rumbo al 2024

 

Por último,  Luis Carlos Ugalde establece que rumbo a la elección presidencial, Morena tendrá una capacidad electoral más potente que el resto de los partidos en el caso de la elección de presidente, debido al control territorial sobre más de 20 entidades, como ya antes lo tuvo el tricolor.

Pero otras implicaciones de los resultados del domingo serán que los gobernadores de Morena no harán ningún cambio, pues “usualmente se comportan como lo hizo antes el PRI, que tenía en ellos delegados o subalternos del presidente”.

Por eso anticipa que habrá aún más centralización del poder y de la toma de decisiones, ya que los gobernadores del partido guinda y aliados no representan ninguna voluntad propia frente al Ejecutivo, al contrario, “se mimetizan”.

Y eso erosiona los contrapesos regionales al poder de la presidencia de la República y eso genera un estilo todavía más personalista del ejercicio del poder que ha tenido López Obrador”, augura.

Con información de Expansión Política

MSA