EPN tenía la misma popularidad que AMLO: ¿Sufrirá igual desgaste el tabasqueño?

El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador tiene una aprobación de 64.6 por ciento de los mexicanos, de acuerdo con una encuesta que publicó este miércoles el diario El Universal.

Coincidentemente, un sondeo realizado hace seis años, pero por Grupo Reforma, daba casi el mismo crédito a Enrique Peña Nieto, justo antes de tomar posesión como presidente de la República. El diario registró en ese entonces una aprobación popular del 61 por ciento.

Sin duda, los números del actual primer mandatario fueron cayendo debido a sucesos tanto internos como externos respecto a los rubros en seguridad, economía y corrupción. Éste último, un lastre que, gracias a exgobernadores priistas, pasó factura no sólo a Peña, sino también al excandidato presidencial José Antonio Meade. Sin mencionar el caso trágico de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Peña Nieto, contaba con la aprobación del 50 por ciento de la población en abril de 2013 y, en noviembre de 2014 del 39, 18 puntos por encima de su valoración actual.

Hoy en día, López Obrador se congratula de todas las encuestas y sondeos que lo colocan como uno de los políticos “consentidos” no solamente por la mayoría de los medios de comunicación, sino por parte de la cúpula empresarial y por supuesto, de sus simpatizantes.

Sin embargo, el tabasqueño deberá cumplir compromisos de campaña, varios de los cuales ya se han visto obstaculizados hasta por su próximo gabinete. Es decir, muchas propuestas no podrán ser realidad ni se llevarán a cabo, derivado del populismo que ha manejado a través de toda su carrera política.

Los que antes lo tachaban de populista, izquierdista y autoritario y nacionalista, no se equivocaban, pero ahora advierten una amenaza ante su toma de posesión el próximo 1 de diciembre por lo que varias voces han decidido callar o bien, asentar con la cabeza a los planteamientos de AMLO.

Por ello, López no se puede confiar ante la “luna de miel” que vive con varios sectores, parte de la ciudadanía y simpatizantes, la cual poco a poco se va diluyendo y que es probable que una vez iniciado su mandato corra con la misma suerte que el actual presidente.

El desgaste de su gobierno ante las fallas y promesas incumplidas, sumado a los sucesos inesperados que nos depare el futuro a nivel nacional e internacional, podría bajar las cifras de aprobación de las cuales hoy el tabasqueño tanto se jacta e, incluso, finalizar igual o peor que el propio Enrique Peña Nieto en cuanto a su calificación como gobernante. Y ello podría pasar antes de su llamado a la revocación de mandato.