Jorge Alberto “N” era enfermero auxiliar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pero para tener mayores ingresos decidió empezar a vender plazas y órganos para trasplantes a pacientes enfermos.

De acuerdo con El Universal, trabajaba en el Hospital General Morelos, en Chihuahua, en donde sus funciones consistían en hacer curaciones, trasladara a pacientes entre salas, llenar formatos, entre otras cosas.

Por lo que era extraño que en su casa tuviera diez autos de lujo, pese a un modesto salario.

Para nadie era un secreto que tenía conexiones con el sindicato, situación que le permitía ofrecer plazas por una fuerte suma de dinero –según la plaza– el costo podría ser desde los 80 mil pesos, aunque a muchos no les cumplió lo prometido.

La Fiscalía estatal estimó que por la venta de plazas, consiguió alrededor de 600 mil pesos. Además, se sabe que mató al menos a siete personas a las que no les pudo dar una plaza laboral.

Las autoridades también dieron a conocer que un paciente que padecía diabetes, necesitaba un trasplante de riñón, pero estaba en los últimos lugares de la lista de espera, por lo que en su desesperación recurrió al enfermero y a un médico para agilizar el proceso, a través del pago de 500 mil pesos.

Ante el incumplimiento del acuerdo, la familia del paciente citó a Jorge Alberto en su domicilio para reclamarle, sin pensar que mataría uno a uno a cada integrante de la familia. Sólo perdonó la vida a un niño de dos años.

La esposa del enfermero, Lizzeth, fue su cómplice en la venta de plazas, así como Juan, el encargado de la Bolsa de Trabajo del IMSS. Ambos están prófugos.