En Tamaulipas, ¿todos –los políticos– son ojetes?

Fuertes son las acusaciones que han llegado contra el senador y precandidato del PAN al gobierno de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca.

De acuerdo con Reforma –que dice citar a un “informante de la DEA”–, Antonio Peña Argüelles, preso en Texas por vínculos con el narcotráfico, acusó al panista García Cabeza de Vaca de haber recibido 500 mil dólares que el Cártel del Golfo le habría entregado para financiar gastos de campaña cuando aquél buscaba la presidencia municipal de Reynosa. Además, Peña Argüelles sostiene que el “apoyo” habría sido negociado por el exgobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, y que, a cambio, el senador y entonces candidato entregaría al cártel diversos puestos del aparato de seguridad del municipio de Reynosa al asumir la alcaldía.

En todo esto, Peña Argüelles habría funcionado como mediador y contacto entre el Cártel del Golfo, el perseguido Yarrington y el aspirante blanquiazul al gobierno de Tamaulipas.

“Le entregué la lista al Alcalde Francisco García Cabeza de Vaca y me respondió que no me preocupara, que él se encargaría de hacer los movimientos necesarios”, declaró el testigo de la DEA.

¿Qué de cierto hay en las versiones de Antonio Peña Argüelles? La pregunta resulta necesaria ya que, en el pasado, no han sido una ni dos, sino muchas las veces en que los presos ascendidos a testigos mienten por salvar el pellejo. Y a eso hay que agregar que, actualmente, en Tamaulipas se vive una feroz campaña de desprestigio en contra del senador Francisco García Cabeza de Vaca, que es uno de los punteros en la carrera de sucesión y a quien se le ha acusado –¿desde el gobierno y sus alineados?– de vínculos con el narcotráfico. Campaña que, por cierto, ha alcanzado a quienes osan entrevistar al senador.

Sin embargo, aún con tal escenario no pueden ni deben descartarse las acusaciones de un plumazo. Es deber de las autoridades comenzar una investigación que ponga en claro las cosas, y limpie la imagen del Senador o, en su caso, lo procese por sus delitos.

Cabeza de Vaca responde

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, el senador panista negó los señalamientos publicados en Reforma –”jamás he recibido ni he tenido relación alguna con los grupos delictivos, los he enfrentado y los voy a seguir enfrentando ahorita y siempre”– y opinó que podría tratarse de una campaña negativa. “Casualmente sale en otros medios locales con la misma información y más pareciera una campaña”, comentó.

¿Qué está ocurriendo en Tamaulipas?, ¿se trata de acusaciones con sustento o, por el contrario, vemos una campaña urdida contra Francisco Cabeza de Vaca?

Y es que, de resultar cierto y quedar impunes los delitos, los tamaulipecos tendrían enfrente un futuro poco prometedor para 2016. ¿Por qué?

Porque éste no sería el único precandidato al gobierno de ese estado –inclúyanse panistas y priístas– que tiene cola que le pisen.

¿Será que Francisco García Cabeza de Vaca es inocente? ¿O será que, como dice el clásico, todos –los que quieren gobernar el estado– son ojetes?