El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo confiar en que la justicia se va a aplicar en el proceso de Rosario Robles pues “es una institución independiente autónoma y no tiene que ver con el Poder Ejecutivo”, por lo que omitió dar su opinión cuando fue cuestionado por el parentesco del juez que dictó prisión preventiva contra Robles.
Sin embargo, minutos después, cuando llegó el momento de tocar el tema sobre de que un juez suspendiera, de manera indefinida, la construcción del aeropuerto en la base de Santa Lucía, López lo calificó como “un sabotaje legal” y rechazó que dicha acción retrase la construcción, y aseguró que a pesar de ello, el aeropuerto se va a realizar sin atrasos.
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Es decir, en el caso de la decisión de juez que vinculó a proceso a Robles Berlanga, quien resultó ser sobrino de la senadora morenista Dolores Padierna, prefirió no opinar y tener confianza porque el caso le pertenece al Poder Judicial; pero en el caso de la decisión del juez en la suspensión de Santa Lucía la pasa por alto y por sus caprichos amenaza que a pesar de la existencia de los amparos el aeropuerto va a construirse.
¿Así o más cinismo?
