Hoy se celebra el Día internacional contra la Corrupción, un tema que el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha mencionado erradicar desde antes de llegar al poder, sin embargo, las circunstancias no han favorecido a su gobierno, ya que propios familiares y personajes de su gabinete han protagonizado actos ilícitos sin siquiera recibir un castigo por ello.
Hace un par de meses, durante el aniversario del Colegio de México (Colmex), el mandatario recomendó dar más atención a los estudios sobre la corrupción en el país, “creo que esa es una asignatura pendiente, no solo del Colegio de México, en general, se omitió”.
“Lo puedo decir ya, se acabó la corrupción, el bandidaje oficial, ya no van a seguir robando. Desde luego que no se acepta el influyentismo ni la corrupción, ya se acabó el moche”, dijo durante una conferencia matutina en la que sacó un pañuelo blanco.
Dicho lo anterior, con qué cara viene AMLO a hablarnos sobre el tema de la corrupción cuando él y su gobierno, son claro ejemplo de dicho acto ilícito. En otra ocasión, propuso que la corrupción sea vista como una enfermedad y propuso crear una organización que brinde terapia para reincorporar a aquellos que buscan enriquecerse a costa del pueblo.
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Y también advirtió a los corruptos que se rindieran, ya que los tenía rodeados. “¿Qué les digo a los corruptos desde aquí? Ríndanse, los tenemos rodeados”, afirmó ridículamente AMLO.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la prevalencia de corrupción en México pasó de 12 a 16 por cada 100 habitantes de 2013 a 2019, es decir que el costo de la corrupción aumentó 63.1% de 2017 a 2019. ¡Tomala AMLO!
SG
