En defensa de la UACM. Réplica a Ricardo Alemán.

El pasado 5 de octubre, en el Itinerario Político cuestionamos los resultados, el proyecto educativo y la forma de operar de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Como hemos hecho en otras ocasiones, calificamos a la universidad de Andrés Manuel López Obrador de ser fraude y una sangría del dinero público.

En respuesta, el Maestro Víctor Hugo López nos hizo llegar esta réplica a través de Twitter.

https://twitter.com/ll_hugo/status/652022290360594432


Carta a Ricardo Alemán.

México D.F a, 8 de octubre del 2015

Ricardo Alemán

Columnista del periódico El universal

P R E S E N T E

Antes de empezar mi disertación, quisiera presentarme a usted.

Mi nombre es Víctor Hugo López Llanos, soy licenciado en Ciencia Política y Administración Urbana, actualmente soy estudiante de la maestría en ciencias sociales por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM). Cuento con una maestría en Estudios Políticos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). He sido ponente en diversos congresos, simposios y coloquios a nivel nacional e internacional. Y he publicado diversos artículos en revistas de circulación nacional y libros especializados en temas sobre filosofía política, democracia, globalización, teoría crítica y movimientos sociales.

La presente carta que dirijo a usted con mucho respeto y con ánimo de debate. Surge a partir de mis impresiones acerca de la columna que intituló: “AMLO: grosero engaño con las universidades”, en el periódico El universal el día 5 de octubre del presente año.

Quisiera remarcar que las expresiones aquí expuestas no pertenecen a un grupo político, partido político, ni tampoco representa la posición de la universidad al respecto. Todos los argumentos aquí desarrollados es responsabilidad de quien suscribe la presente carta.

Como usted se habrá informado en sus diversas fuentes informativas fueron casi cien días en que la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, estuvo sumergida en una de sus crisis institucionales más ávidas desde su creación. Se habló demasiado en los medios de comunicación de la carencia, de la ineficacia y de la endeble propuesta educativa a nivel superior que esta casa de estudios ofrece a los habitantes de la ciudad de México. Esto, sobre todo, por el bajo nivel de titulados que ha expedido desde su creación, así como el estigma constante que se reproduce entre los afamados periodistas que politizan su proyecto educativo y su responsabilidad social, debido a que la creación de esta universidad es asociada con uno de los líderes políticos más visibles y polémicos de la política mexicana en los últimos tiempos.

No obstante, entender el fenómeno del proyecto educativo de la UACM, va más allá de prejuicios y valores supuestamente periodísticas, que hace retroceder y etiquetar a la institución, como una universidad que produce fósiles, vándalos y estudiantes deficientes con un bajo nivel en su desempeño académico y productivo.

Esta universidad ha sido relacionada con diferentes acontecimientos de carácter político, atentando contra su débil reputación, polarizando a la comunidad universitaria y a la sociedad en general, además de ser atentada en su esencia y en su compromiso científico, tecnológico, humanístico y moral de los habitantes del Distrito Federal.

A menudo se habla en los medios de comunicación de una universidad violenta, ingobernable y fáctica, poniendo en tela de juicio su propia autonomía, así como su propia existencia. Ya que, según la opinión de diversos periodistas supuestamente reconocidos en los medios informativos, al presentar estas características, hace que la universidad sea insostenible económica y políticamente.

En lo que compete, dentro de la comunidad universitaria, ha suscitado una serie de fenómenos que incita al estudio de su comportamiento, pero sobre todo de la constante confrontación con proyectos educativos alternos, ideales pedagógicos, personales y carismáticos.

Esto originó que a lo largo de los cien días de huelga hayan surgido diversos grupos importantes al interior de la UACM, que fueron duramente confrontados y descalificados por sus opositores. Algunos luchando por sus ideales y algunos otros, persiguiendo proyectos que a su sentir, son el mejor camino para salvaguardar la integridad de la universidad.

Sin embargo, considero que las etiquetas con adjetivos peyorativos, solamente reluce la falta de interpretación y de entendimiento en la actitud de los diversos Sujetos y actores políticos que forman parte de nuestra universidad. Pues entre sus integrantes y simpatizantes existe una identidad política y moral que origina una cierta construcción del deber ser universitario.

Por tal motivo, es aquí cuando entra el verdadero valor de la educación práctica en relación con los grupos de poder nacional, internacional, y como es el caso, universitario.

Usted, ha sido uno de los tantos personajes que reproduce un estigma y un estereotipo a la sociedad mexicana sobre la UACM, utilizando diversos adjetivos peyorativos y descalificaciones que no sólo atentan contra toda la comunidad universitaria, sino que también atenta contra las propias conciencias de quienes leen sus notas cotidianamente. Al llenar sequitos de columnas de opinión que engañan a gran parte de la población y que desinforma constantemente.

Sin embargo, sería pertinente que más allá de descalificar a nuestra institución, se tome el tiempo necesario para entender lo que pasa con nuestra universidad. Entienda su contexto, sus actividades, su proyecto educativo, sus metas y sus objetivos.

Debo reconocer, que como cualquier espacio de interacción social, política, educativa y cultural, quienes pertenecen a esta universidad desarrollan diversas posiciones ideológicas que forman parte de las actitudes y pensamientos que desenvuelven y expresan todos los individuos que forman parte de nuestra comunidad universitaria.

Usted mejor que nadie debe entender que las universidades son ese espacio público en donde cohabitan una diversidad de ideas, de posiciones y juicios respecto a la realidad política y sociocultural de nuestro México y de nuestra ciudad.

Es evidente, que en nuestra universidad existan afiliaciones ideológicas que muchos de los estudiantes, profesores y administrativos se identifiquen con una institución política producto de nuestra endeble democracia y que se reconozcan como parte de un partido político, ya sea de derecha y/o izquierda. Eso fenómeno no es el síntoma peculiar de la UACM, de hecho, con temor a equivocarme la mayoría de las universidades públicas manifiesta estás prácticas. Lo malo, no es la identificación por parte de la comunidad universitaria con personajes o grupos políticos que predominan en la escena política, lo perverso deviene cuando las universidades se convierten en un botín político. Y, afortunadamente, esas formas, que si bien persisten, no se han apoderado por completo, no sólo de la UACM sino de todas las universidades públicas que existen en todo el país. En ese sentido, el carácter de la autonomía juega un papel fundamental, ya que limita y frena con los intereses de diversos grupos, en este caso, políticos.

No obstante, también existe ese otro lado, que usted a menudo invisibiliza con su retórica incendiaria, en donde también se hace otra política a través de la investigación y de la academia, así como de las diversas expresiones culturales al interior de la universidad, pero sobre todo, desde el campo de las ideas y del conocimiento.

Es decir, nuestra universidad está en la actividad constante del dialogo, del debate, de la reflexión y de la interpretación de cada uno de los diversos campos que conforma el conocimiento; desde la ciencia a la tecnología, desde el arte a la política, desde la literatura a la filosofía.

Nuestra universidad es ese espacio en donde constantemente reproduce el sentido de la política, a través de la pluralidad y de la acción social, pero además, es importante señalar que también se están creando diversos mecanismos que benefician, no sólo a aquellos quienes integran esta universidad, sino a la sociedad en general a través de valores humanísticos y científicos que son de gran importancia para mantener la cohesión social, y que en estos tiempos tanta falta nos hace.

En consecuencia, la UACM no es un espacio pórril ilustrado corporativizado a un partido político, ni mucho menos es un botín de una élite política. Nuestra universidad, se ha esforzado, gracias a la colaboración y el trabajo constante de estudiantes e investigadores, que con su trabajo en el aula y sus grupos de investigación combaten ese estigma con la que nuestra universidad ha tenido que luchar constantemente, para demostrarle a los habitantes de la ciudad que no somos una universidad vacua con titules apócrifos o “patito” como usted nos llama. Sino que somos una universidad comprometida con el conocimiento humanístico, científico y tecnológico.

Ahora si lo que usted crítica es que nuestros estudiantes son ineficientes por no ser capacitados, especializados y entrenados bajo los estándares y calidades que demanda el mercado nacional e internacional. Usted tiene una distorsionada idea de lo que es la escuela y la educación, ya que bajo esa perspectiva la escuela en las sendas globales, cambia la máxima de educar para reflexionar, para convertirse en educar para obedecer de una manera cuasi-automática las lógicas del mercado.

De ahí que esta universidad sea soslayada y marginada académicamente, al no seguir los parámetros de calidad, privacidad y desregulación pedagógica que el nuevo orden mundial demanda, es decir, en el mundo de la tecnocracia lo cuántico y el sentido de la productividad mercantil supera a la sensibilidad del Sujeto, al menos política y culturalmente.

Estos nuevos estándares de enseñanza permiten que las nuevas definiciones de calidad educativa no sean más que la introducción de la empresa en la escuela. Creándose así nuevas instituciones como centros de poder y zonas de atracción, de lo que se denomina Think tanks (Los tanques de pensamiento). Aquí existe un claro desplazamiento de lo privado sobre público. Pero sobre todo, de la naturaleza de lo que significa la escuela y la enseñanza.

Estos argumentos fueron uno de los grandes debates que se desarrolló dentro de la comunidad universitaria en nuestra más reciente huelga. Surgiendo interrogantes importantes que forman parte de nuestro debate: ¿qué debe hacer la UACM para consolidar su proyecto educativo?, ¿hacia dónde debe ir la UACM?, ¿qué alternativas educativas debe ofrecer a los habitantes de la ciudad? Y sobre todo, ¿cómo debe alcanzar sus propósitos a corto, mediano y largo plazo.

Es cierto, vivimos en un mundo en donde los individuos buscan formas de subsistencia y se preparan para obtener una mejor calidad de vida. No obstante, estos tópicos se encuentran en la encrucijada y están siendo debatidos en todo el mundo por académicos, intelectuales e interesados en el tema a partir de la crisis del capitalismo financiero y de las estructuras políticas que se desprenden de lo que todavía llamamos Estado-Nación.

Por otro lado, me atrevería a decir, que si algo dejó la reciente huelga, fue precisamente que se reflexionó sobre los temas de educación en el nivel superior, se establecieron mecanismos de toma de decisiones, así como también hubo una creciente politización de la comunidad universitaria en general.

Es por ello que a menudo, entre las charlas en los diferentes espacios públicos (facebook, Twitter, en la plaza, afuera de los planteles de la UACM,) existe una constante confrontación entre quienes conforman esta universidad. En ese sentido, los fenómenos y la actividad política, sin duda, traen consigo pluralidad, y por lo tanto los Sujetos pelean en el campo de las ideas.

Sin embargo, cuando la incapacidad para entender al otro queda limitada por la ignorancia, la violencia se convierte en un mecanismo de acción que malinterpreta y distorsiona por completo el espectro político. Justo como usted a menudo realiza en sus diferentes espacios “informativos”.

Usted con sus declaraciones, no sólo desinforma, sino que también genera una especie de violencia que atenta contra la dignidad de quienes estudian y laboran en esta institución. A través de la descalificación, de la incapacidad para entender el proyecto educativo, pero sobre todo por distorsionar las opiniones de quienes lo leen. Afortunadamente, existe una naciente población que está en la búsqueda y en la construcción constante de un pensamiento crítico que no cree todo lo que lee, escucha o se informa.

Por último, quisiera subrayar que un servidor está a favor incondicionalmente de la libertad de expresión y del ejercicio del periodismo con objetividad, profesionalismo y sentido ético. Pues considero que es una herramienta fundamental para la consolidación de nuestra aún endeble democracia.

En suma, me permito concluir esta carta con una frase de un periodista, historiador, escritor, ensayista y poeta cuyo nombre es Ryszard Kapuscinski y que cito a continuación: “Para ejercer el periodismo, ante todo, hay que ser buenos seres humanos. Las malas personas no pueden ser buenos periodistas. Si se es una buena persona se puede intentar comprender a los demás, sus intenciones, su fe, sus intereses, sus dificultades, sus tragedias”.

Con todo el ánimo de discutir y debatir sobre el asunto, reciba un cordial saludo.

Atentamente

Víctor Hugo López Llanos

Estudiante de Maestría en Ciencias Sociales

Universidad Autónoma de la Ciudad de México

“Nada Humano me es Ajeno”.

Tomado del Blog de Víctor Hugo López.

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