La Organización Mundial de la Salud, define al suicidio como: La muerte derivada de la utilización de cualquier método (envenenamiento, ahorcamiento, herida por arma de fuego o cortopunzante, lanzamiento al vacío, o cualquier otra forma que cumpla con el objetivo de quitarse la vida) con evidencia, explícita o implícita, de que fue autoinflingida y con la intención de provocar el propio fallecimiento.
Hasta hace poco, la depresión había sido considerada como la principal causa del suicidio, sin embargo; siempre son diversas las causas que llevan a una persona a tomar la decisión de acabar con su vida como pudiera ser la desesperación ante situaciones conflictivas.
El suicidio es un tema complejo, por lo general está asociado a enfermedades mentales como la depresión, el trastorno bipolar, esquizofrenia, a los efectos producidos por el consumo de alguna droga y algunas psicosis como la paranoia.
Igualmente, contempla una gama de estados que van desde el deseo de poner fin a un sufrimiento que se ha vuelto intolerable hasta la desesperación extrema que caracteriza a la melancolía.
El acto suicida se pude hacer presente de dos maneras:
1.- como idea que se va desarrollando en la mente del sujeto hasta llegar al momento en que lleva acabo la acción suicida, y
2.- como la aparición de un movimiento impulsivo, como un arrebato que nada permite prever. El sujeto dice “no” a la vida en un sobresalto que involucra el deseo de terminar (Green 2014).
Para el sujeto, el suicidio podía tener por causa no solo el deseo de ponerle fin a la vida presente, sino también, a una vida por venir que no podría más que empeorar y resultar desoladora.
Ejemplo de esto es lo que la viuda de Robin Williams declaró en su momento sobre las causas del suicidio de su esposo, estableciendo que mas por la depresión, el actor y comediante se había suicidado porque hacía pocos meses que se le había diagnosticado un tipo de demencia que lo llevaría a un declive de las capacidades para pensar y razonar. Mediante el suicidio el actor evitó una vida por venir que apuntaba a ser desoladora.
El suicidio se puede llegar a prevenir si la gente cercana percibe aquellos primeros síntomas y señales que el sujeto presenta, como pueden ser el desinterés por las actividades que venía realizando de manera rutinaria, alteraciones en los hábitos alimenticios y del sueño, o por el contrario, entrar en una manía con conductas que pondrían en riesgo al sujeto.
Lo aconsejable es que tanto el sujeto que presenta ideas suicidas como los familiares y amigos cercanos, acudan con especialistas (médica psiquiatra y psicólogos) que los puedan orientar y evitar o prevenir el suicidio.
