El ataque sorpresivo de Hamás, un acto terrorista en territorio de Israel, dirigido en contra del pueblo judío y que ha alcanzado a personas de otras nacionalidades, ha tenido un impacto trágico, que menoscaba la paz y seguridad internacionales.
Fue un ataque terrorista que movilizó a más de 1,000 elementos de Hamás por tierra, aire y mar, que fue acompañado de mas de 3,500 misiles y cohetes dirigidos a ciudades y población civil, que logró más de 700 muertes, con un número de heridos superior a las 2 mil personas. No se han mencionado pérdidas de instalaciones estratégicas o militares.
La declaración del estado de guerra en contra de Hamás, en voz del primer ministro Netanyahu, tuvo eco en la incorporación de reservistas del ejército israelí que tenían inconformidad con el gobierno en turno, y que de inmediato alcanzó la integración de más de medio millón de efectivos. Recuperaron el territorio nacional, e iniciaron una contraofensiva contra Hamás, han lanzado misiles sobre objetivos estratégicos de Hamas y se avizora la pronta invasión de la franja de Gaza, para recuperar los secuestrados de Israel y trasladados a ese territorio, así como para enfrentar a quienes llevaron a estos rehenes y combatir a Hamás en su casa.
Es una guerra de largo alcance. Una guerra que ha encontrado a los aliados en uno y otro lado. Un conflicto que se regionaliza y que nadie desea una escalada mayor e internacional. Hezbollah lanza cohetes contra Israel desde Líbano y hay amenazas de Irán. EU y la OTAN apoyan abiertamente a Israel.
Cabe señalar que Hamás es una organización vinculada al terrorismo islámico radical. Aparece en 1987 como Movimiento de Resistencia Islámico, en respuesta a la moderación de la posición de reconocimiento de Israel por la Organización para la Liberación de Palestina, y tras la primera intifada, Hamás se declaró como yihadista, nacionalista e islámica. Su objetivo político es la instauración de un Estado Islámico en Palestina. Hamás controla la Franja de Gaza, desde la retirada de Israel en 2004, y posteriormente expulsó a la facción más moderada de Al-Fatah. Cuenta con una organización política denominada “Cambio y Reforma”, grupo que ganó las elecciones de Palestina en 2006 y su brazo armado está conformado por las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam.
En el grupo de secuestrados por Hamás, se han identificado a dos personas de nacionalidad mexicana.
El presidente ha expresado un reconocimiento del conflicto y ha posicionado su rechazo a la violencia, a favor de la paz y su neutralidad ante el ataque de Hamás contra Israel. La respuesta de la embajada de Israel fue contundente: mantener una posición neutral (como lo hizo el presidente López Obrador) en lugar de tomar partido implica, en última instancia, respaldar y apoyar al terrorismo.
Guardando las diferencias, los eventos realizados por la delincuencia organizada en México, tienen ese mal sabor de eventos terroristas, y la neutralidad presidencial avanza en la tóxica idea de abrazos y no balazos, que conduce a una neutralidad que favorece a la delincuencia.
Así la valoración comparativa de la diplomacia global, la inteligencia, el endurecimiento de la vida internacional y la presencia creciente de la fuerza del poder militar.