El 30 de marzo del 2020, fue declarada la emergencia sanitaria en nuestro país por el Consejo de Salubridad General, a consecuencia de la propagación del virus Covid-19. Hace dos años poco se sabía del virus, sólo que era muy contagioso y que tenía una letalidad bastante alta.
Fue por esto que la emergencia sanitaria obligó a los sectores público y privado a suspender de manera inmediata todas las actividades no esenciales, y a la población en general la exhortó a cumplir con el resguardo domiciliario corresponsable.
Con el confinamiento, la vida de los habitantes de este país se vio alterada en diferentes aspectos, tales como: la dinámica de trabajo, la vida social, la dinámica familiar, la libertad individual, la forma de divertirse, los momentos de ocio, etc. Sin embargo, para darle la lucha al virus, fue necesario adaptarnos al encierro y seguir las medidas preventivas para evitar los contagios.
El encierro reactivó los trastornos emocionales en los sujetos que estaban latentes y genero otros. La ansiedad se hizo presente con conductas obsesivas por la limpieza, ansiedades fóbicas por el miedo a contagiarse y a la cercanía con las personas entre otras.
El regreso a la cotidianidad y la fobia social
Desde el inicio del confinamiento, se anhelaba el momento de poder salir, de regresar a la “normalidad”, pero que sin embargo, después de dos años de estudiar, trabajar y socializar desde casa, se está presentando una marcada ansiedad ente la población pero ahora por volver a salir a enfrentarse entre otras cosas, al tráfico, a la relación con los otros, a las aglomeraciones en el transporte público, en el supermercado y a la amenaza latente del contagio.
Entre las ansiedades que se están presentando con el fin del confinamiento es la fobia social, que se caracteriza por los ataques que se hacen presentes cuando la persona se siente criticado o esta en una situación en donde directamente esta siendo señalando.
La fobia social es más sensible de hacerse presente cuando la persona también ha presentado dificultad en la relación con los otros, en donde siempre encuentra conflictos, marcada rivalidad, la comparación con el otro y un largo etcétera de conflictos.
Síntomas de la fobia social
Los síntomas de la fobia social también se presentan con síntomas depresivos, alteraciones en la personalidad, la búsqueda del aislamiento, que vuelven al sujeto que la padece proclive al uso de substancias como el alcohol y los sedantes.
En general, por el cambio de dinámica del confinamiento a regresar a los centros de trabajo, escolares, etc, las personas pueden llegar a presentar algunos de los síntomas o rasgos de la fobia social sin que sea una fobia como tal o que la persona presente una plasticidad para los cambios y se adapte de mejor forma a ellos.
De cualquier manera, si la ansiedad se hace presente y la persona no logra manejarla, es importante buscar el apoyo de los especialistas para psicológicamente poder superar de la mejor manera las crisis provocadas por la pandemia.
Por: Psic Ma Elena Salazar P.
