Morena nunca ha sido un partido democrático. Y menos lo será a partir del llamado que en días pasados hizo su dirigente nacional, Mario Delgado, a la creación de una “alianza popular” para reorganizar al partido y “potenciar al máximo su capacidad de movilización”.
La creación de esta “alianza popular” implica el aplazamiento, una vez más, del Congreso Nacional de Morena que debió realizarse desde hace tres años para renovar al Consejo Nacional, órgano de dirección que permanece intacto desde la fundación del partido, en el 2014.
En los siete años que tiene Morena como partido solo ha tenido dos presidentes del Consejo Nacional: Andrés Manuel López Obrador y Bertha Luján, quien se mantiene en el cargo desde el 2017.
Con la creación de la “alianza popular” a la que llamó Delgado, Morena le apuesta a una organización de masas piramidal, controlada desde el pico de la pirámide, muy similar a como funciona el Partido Socialista de Partido Unido de Venezuela (PSUV) del dictador Nicolás Maduro.
La “alianza popular” incluye a abrir las puertas del partido a toda la ciudadanía; realizar campañas de afiliación masiva y continuar con la conformación de los ya anteriormente anunciados “Comités de Defensa de la Cuarta Transformación”, copiados del régimen cubano de los Castro.
Los miembros de estos comités recorrerán las colonias y tocarán las puertas casa por casa para invitar a los ciudadanos a afiliarse a Morena y a participar en la consulta sobre revocación de mandato que podría llevarse a cabo en marzo del próximo año.
En otras palabras, estos comités de Morena harán lo mismo que las “Patrullas de Vanguardia” creadas en el 2011 por el PSUV, cuando Venezuela aún era gobernada por Hugo Chávez.
En cada proceso electoral, los “patrulleros” del PSUV recorren los barrios casa por casa invitando a la gente a votar por los candidatos del oficialismo, con la amenaza de que si gana la oposición se terminarán los apoyos sociales.
Cada célula de las “Patrullas de Vanguardia” tiene la obligación de presionar a los ciudadanos que visitó para que el día de las elecciones salgan a votar y a que lo hagan por los candidatos del oficialismo. Incluso les proporcionan transporte, lo que en México conocemos como acarreo.
La prueba de fuego de este nuevo esquema chavista de Morena será en marzo, cuando se podría llevar a cabo un proceso de consulta sobre la revocación de mandato de López Obrador.
La idea es que las “patrullas” morenistas logren que se presente una votación abrumadoramente en contra de la revocación de mandato. Y la siguiente parada es la elección presidencial del 2024.
OFF THE RECORD
**ARCAS VACÍAS
Los alcaldes salientes de Morena en la Ciudad de México entregaron a la oposición administraciones con las arcas vacías.
La “regenta” Claudia Sheinbaum operó para que los alcaldes de su partido en donde Morena perdió las elecciones tuvieran suficiente tiempo para retirar todo el dinero y limpiar un poco el cochinero.
**LA NUEVA “MARTITA SAHAGÚN”
Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García, será una especie de vicegobernadora de Nuevo León.
Su marido la incluyó dentro de su gabinete y le creó la “Oficina Amar a Nuevo León”, con rango de secretaría de despacho.
¿Eso querían los neoleoneses?
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