El penoso espectáculo electoral de Colima

Es penoso el espectáculo electoral que existe en Colima.

Es penoso, de entrada, que la elección ordinaria –del pasado 5 de junio– fuera anulada.

Es penoso que el gobierno estatal –entonces en manos de Mario Anguiano– no supiera respetar los tiempos y los procesos.

Es penoso que el voto de los colimenses se fuera a la basura por las malas prácticas de su gobierno.

Es penoso que durante la elección extraordinaria, los punteros de la contienda favorezcan la guerra sucia y hagan a un lado las propuestas.

Es penoso que el candidato del PRI utilice la vida privada del candidato del PAN para denigrarlo.

Es penoso que el priista Ignacio Peralta exhiba la intimidad de Jorge Luis Preciado para intentar ganar, no con las mejores propuestas sino con los mejores rumores y chismes.

Es penoso que el candidato del PAN se preste al juego sucio del PRI y no sólo favorezca el circo sino que utilice la misma estrategia.

Es penoso que durante el debate el domingo pasado, Preciado diera oído y reflectores a las acusaciones en su contra y utilizara a su mujer en un lamentable intento de control de daños.

Es penoso que priistas y panistas desperdicien la segunda oportunidad de hacer una buena campaña.

Es penoso que los colimenses tengan que elegir entre dos opciones que cada día se desgastan, se lastiman y se descomponen más.

Es penoso que nadie en el PRI explique por qué dos de los cuatro gobernadores más recientes han perdido la vida durante y después de gobernar su estado.

Es penoso que nadie en el tricolor aclare por qué, hace meses –en medio de la elección ordinaria–, otro de sus ex gobernadores fue baleado cuando salía de un desayuno.

Es penoso que hace días –en medio de la elección extraordinaria–, fuera asesinado el sobrino del mismo ex gobernador agredido hace meses. Un hombre que, por cierto, fue señalado como el autor intelectual del asesinato de otro ex gobernador.

Es penoso que los priistas se exterminen a balazos y nadie explique qué ocurre.

Es penoso que la elección en Colima –ya ordinaria, ya extraordinaria–, termine convertida en lo que todos vemos, todos los días en todos los medios.