El nerviosismo financiero por el coronavirus

Especial

Ayer, los mercados financieros fueron sacudidos por la nueva oleada de temor que se desató respecto a los efectos que puede tener la epidemia del coronavirus 2019-nCoV que se presentó este año a partir de la ciudad de Wuhan, en China.

Los principales índices descendieron de manera importante. El Dow Jones retrocedió en 1.6 por ciento; el Euro Stoxx 500 cayó en 2.7 por ciento; el Nikkei de Tokio, en 2.0 por ciento. En México, el índice de precios y cotizaciones de la BMV cayó en 2.2 por ciento.

También bajó el petróleo Brent en 2.7 por ciento y el peso perdió 0.7 por ciento frente al dólar y ayer cerró en 18.90 por dólar al mayoreo.

¿Por qué esta reacción de los mercados luego de que parecían estar relativamente tranquilos en días previos?

El fin de semana, el gobierno chino aceptó que la situación es grave. Se difundió, además, un estudio de la Universidad de Lancaster en el Reino Unido, señalando que cada persona infectada tiene una tasa de contagio de 2.5, es decir, contagia a dos a tres personas más.

La mayor parte de los análisis sugiere que el número de personas infectadas va a incrementarse sustancialmente, pese a las medidas tomadas por el gobierno chino y por otras naciones, no descartándose que pueda llegar a decenas de miles, mucho más que los cerca de 3 mil casos confirmados actualmente.

La reacción de los mercados deriva del temor de que la economía china pueda ser afectada por esta circunstancia.

El antecedente más cercano a esta epidemia fue el caso del SARS, que infectó a cerca de 8 mil personas y mató a 765 entre finales de 2002 y los primeros meses de 2003.

Se estima que el PIB chino perdió entonces poco más de un punto porcentual por los efectos negativos en el turismo y la industria aérea, sobre todo.

Un estudio difundido por Citigroup señala que los modelos epidemiológicos indican que habrá aún un crecimiento de los casos, para llegar a un pico hacia el 10 de marzo y luego empezarán a descender los nuevos casos.

Sin embargo, no se descarta un impacto en los mercados que pueda prolongarse hasta finales del mes de abril.

Aún no sabemos con certeza cuál podría ser el efecto económico real porque están surgiendo informaciones nuevas respecto a este asunto.

Quizás la diferencia respecto al SARS es que, en 2003, cuando se resintió el efecto de aquella enfermedad, la economía china crecía a una tasa del 10 por ciento. Para este año, la previsión del FMI es que el ritmo de crecimiento sea de 6 por ciento, la tasa más baja desde que hay registros internacionales, por lo que un efecto negativo adicional sería mala noticia, no solo para China sino para la economía mundial.

Le hemos comentado en este espacio de otros factores negativos que aparecieron en las economías de China y Hong Kong el año pasado, como la caída de la inversión extranjera directa combinada de ambas economías, que descendió en 20 por ciento en 2019, un monto equivalente a 48 mil millones de dólares.

Igualmente, las importaciones que Estados Unidos realiza de China cayeron en 15 por ciento durante los primeros once meses del año pasado, una reducción de 74 mil 86 millones de dólares.

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Uno de los factores que pesaron en la desaceleración del crecimiento en China es precisamente esa caída en las exportaciones a Estados Unidos.

Si a esta problemática se le sumara el impacto negativo adicional de la epidemia del coronavirus, las consecuencias podrían ser aún más graves y las repercusiones sobre el mundo todavía mayores. Hay que seguir el tema con atención.