EL MÉXICO DE AMLO, PARAÍSO DE DICTADORES

José Contreras

Los dictadores de América Latina y El Caribe han encontrado en el México gobernado por Andrés Manuel López Obrador el refugio político que no habían tenido antes.

La proclividad de López Obrador hacia los dictadores quedó en evidencia desde que invitó a su toma de posesión a los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Nicaragua, Daniel Ortega.

Ante las protestas que generó el anuncio, el primero de ellos decidió no acudir a la ceremonia de transmisión del poder en el palacio legislativo de San Lázaro, pero sí a la comida en Palacio Nacional, y el segundo de plano prefirió no venir a México.

Ya en el poder, el 11 de noviembre del 2019 López Obrador envió un avión de la Fuerza Aérea a Bolivia para rescatar y traer a México a Evo Morales, quien había sido presionado para que renunciara tras un intento de perpetuarse ilegalmente en el poder.

López Obrador tuvo varios días a Evo en calidad de huésped distinguido, hasta que, a las dos semanas, el ex presidente de Bolivia salió intempestivamente del país rumbo a Cuba, sin explicar si volvería y sin agradecer el asilo recibido. Como se dice coloquialmente, se fue como las chachas.

Un año después, el 20 de octubre del 2020, López Obrador se puso del lado del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, al abstenerse de votar una resolución de la ONU en contra de ese país relacionada con las frecuentes violaciones a los derechos humanos.

Y en cuanto a Nicaragua, el gobierno de López Obrador se ha negado a condenar la represión que Daniel Ortega ha emprendido en contra de sus opositores, al grado de que ha encarcelado a todo aquel que tenga aspiraciones de competir por la presidencia de ese país.

Pero el más arropado de los dictadores es sin duda el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, a quien López Obrador ha apoyado económicamente y a quien intentó purificar al concederle el honor –nunca concedido a ningún otro jefe de Estado en la historia de México— de pronunciar un discurso ante nuestras Fuerzas Armadas.

La contratación injustificada de médicos cubanos para atender la pandemia de Cóvid-19 el año pasado se presentó como una muestra de solidaridad del gobierno de la isla hacia nuestro país, pero fue al revés: nuestro gobierno apoyó al de Cuba al pagarle una fuerte cantidad de dinero por los servicios  –insistimos, injustificados–  de un grupo de médicos de allá.

La proclividad de López Obrador por los regímenes dictatoriales también se hizo evidente durante la VI Cumbre de la CELAC que tuvo lugar el pasado sábado en Palacio Nacional.

Nuestro presidente intentó convertirse en la voz de las dictaduras que reniegan de la OEA, pero con tan mal tino que ni siquiera pudo sembrar una ligera crítica hacia este organismo, pues no logró el consenso entre los integrantes de la CELAC.

López Obrador fracasó en su intento, pero dejó claro que mientras él o su partido estén en el poder, los dictadores que sientan la presión de las potencias democráticas extranjeras tendrán en México un aliado incondicional.

OFF THE RECORD

LAS GARRAS DE GERTZ

El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, tiene las garras bien afiladas y las entierra hasta donde le alcanzan.

Sus más recientes víctimas son un grupo de académicos del Conacyt, a quienes acusa de delincuencia organizada.

Los quiere encerrar en un penal de máxima seguridad, como si fueran narcotraficantes.

Es Gertz uno de los “orgullos” de la “4-T”.

DEMAGOGIA DE ROSA ICELA

“No venimos a ganar la guerra sino la paz”, dijo la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, al comparecer ante el Senado.

Demagogia pura de quien no logró evitar que la cifra de muertes violentas en el país rebase ya los 100 mil.

 

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