El hoyo en el uso del tiempo en medios está en la ley reglamentaria

Hace poco más de 10 meses, cuando recién comenzaban los tiempos electorales en el país por los comicios del 7 de junio, también inició la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Según cifras oficiales, el partido que ahora dirige López, la Morena, transmitió un millón 207 mil 665 spots. En todos ellos, el tabasqueño fue siempre el protagonista único.

En su momento, la dirigencia del PRD presentó una queja ante las autoridades electorales. Sin embargo, el INE concluyó que Andrés Manuel no incurrió en actos anticipados de campaña pues no era candidato a nada.

Meses después, el pasado 12 de noviembre, el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, insistió en la acusación.

En esta lógica, Beltrones impulsó una reforma electoral para limitar el tiempo en medios. En respuesta, Andrés Manuel López Obrador aseguró que Beltrones pretende borrarlo de la radio y televisión.

Por su parte, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, advirtió que el INE no participará en una discusión política y que actuarán únicamente cuando existan quejas oficiales. ¿Ante qué estamos?

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Horacio Vives –experto en temas electorales–, explicó que el esquema que plantea la ley electoral vigente se construyó sobre una gran desconfianza hacia la autoridad.

Es decir, que la mayoría de los candados aplican a los servidores públicos. O si lo prefiere, que los políticos sin cargo –como Obrador– prácticamente tiene el camino despejado para cometer excesos como la difusión excesiva de su imagen.

En resumen, que las leyes secundarias amparan los excesos de Obrador y mientras no se reforme la legislación, los partidos políticos podrán ocupar ese tiempo en medios como ellos consideren adecuado. Incluso si su estrategia gira en torno a la consolidación adelantada de una candidatura presidencial.