¡EL GRAN MAGO…!

La conclusión del Itinerario Político de ayer es que vivimos tiempos de magos y de idiotas que –en los procesos electorales–, se creen capaces de descubrir el truco de los ilusionistas que aparecerán en la boleta presidencial.

Y frente a la magia electoral y los magos de la política, surgen las preguntas elementales.
¿Quién es “el gran mago” que, convertido en candidato presidencial, ha vivido de la caridad pública durante décadas? ¿Quién es el mago y candidato que, milagrosamente, mantiene a su prole sin trabajar, sin pagar impuestos, sin rendir cuentas a nadie, a pesar de que la prole vive la fantasía de “pequeño burgueses”?
¿Quién es el mago de la política que se dice de izquierda –y al que muchos le creen la impostura de mesías–, cuando los hechos muestran que vive, piensa y se persigna como ferviente adorador de la “derechona mexicana”?
¿Cuántos mexicanos, como “el gran mago” de la política, pueden vivir sin pagar impuestos, sin trabajar y con un ingreso que les permitan ser los reyes la honestidad valiente?
¿De verdad existen ciudadanos sensatos, capaces de ver la diferencia entre la magia que pregonan –en mayor o menor medida–, los candidatos presidenciales de todos los partidos?
¿Quién, de los cuatro aspirantes presidenciales que aparecerán en la boleta, debe ser motejado como “el gran mago”, no sólo por el tamaño de su mágicas mentiras, sino porque millones creen sin chistar esas mentiras?
¿Cuántos ciudadanos creen, por ejemplo, que por arte de magia –porque así lo decide un iluminado–, se acabará con la violencia criminal? ¿Cuántos creen en el pase mágico de que la violencia y el crimen se resolverá mediante un voluntarismo “chabacano” y ramplón?
¿Cuántos ciudadanos creen que se acabará la violencia criminal ofreciendo amnistía a criminales y matarifes; a barones de la droga, del crimen organizado, de la trata de personas, de la extorsión y el secuestro?
¿Cuántos de esos criminales dejarán sus feos negocios –por arte de magia o porque lo pide un iluminado–, para dedicarse al trabajo productivo como empleados, taxistas, burócratas, empresarios o gerentes de grandes empresas?
¿Cuántos mexicanos honestos, trabajadores, producto de la cultura del esfuerzo, creen que la educación debe regresar al control de una mafia magisterial como la CNTE? ¿Por arte de magia, por la promesa de un iluminado, esos mafiosos de la CNTE, se transformarán en buenos maestros y ejemplares ciudadanos?
¿Cuántos mexicanos con dos dedos de frente pueden creer la milagrosa promesa de que “por arte del gran mago” se acabará la corrupción? ¿Cuántos cree que porque así lo propone “el gran mago”, los corruptos marcharán de rodillas, con los brazos al cielo, rumbo a la Basílica de Guadalupe, en un multitudinario acto de “mea culpa” para redimir sus pecados y para no volver por el camino de la corruptela?
¿Cuántos electores pueden creer el engaño y la mentira de que con un pase mágico “el dinero que se recupere de la corrupción” servirá para que en México se produzca un crecimiento económico de 6 puntos del PIB?
¿Existirá un mexicano, uno solo, capaz de creer que será posible que –por arte de magia–, el presupuesto federal alcance para que los millones de “ninis” de todo el país puedan recibir un bono solidario de 3 o cinco mil pesos, para que puedan salir adelante?
¿Quién, con dos dedos de frente, cree que por arte de magia habrá recursos presupuestales para llevar a la universidad a millones de jóvenes sin escuela y sin empleo? ¿Imaginan la cantidad de aulas, plazas magisteriales que se requieren para hacer realidad esa mentirosa promesa? ¿Y cuántos entienden que para hacer realidad esa mentira será necesario elevar los actuales impuestos?
¿Existe un mexicano sensato que crea que por arte de magia se puede destruir el Nuevo Aeropuerto? ¿Cuántos entienden que el dinero público que costaría indemnizar a los inversionistas, será mayor a lo que resta del costo de la obra? ¿Serán capaces de entender los seguidores del “Gran Mago”, que la destrucción del nuevo Aeropuerto significaría la perdida de 500 mil nuevos empleos, de personas de la región de Texcoco y que esa magna obra detonará el desarrollo de esa región del país?
El gran mago pregona que, por arte de magia, tirará la reforma energética, que ya trajo a México uno de los mayores montos de inversiones extranjeras de la historia.
¿Cuántos ciudadanos entienden que la ultima licitación de campos petroleros fue tal éxito que ninguno de los inversionistas hizo caso a las amenazas de tirar la reforma energética del “gran mago”? ¿Sabran algo que no sabemos los mortales?
¿Quién es “el gran mago”? ¡Que cada cual le ponga nombre.!
Al tiempo.