El pasado 21 de abril, el presidente Enrique Peña Nieto propuso aumentar el gramaje de marihuana; de cinco a 28 gramos.
En esta lógica, el mandatario envió una iniciativa al Senado y planteó reformar tanto la Ley General de Salud como el Código Penal Federal. Además, como sabe, Peña buscaba que todos los presos sentenciados por la posesión de menos de 28 gramos de mariguana quedaran en libertad.
Desde ese momento, creció el escándalo sobre la mariguana. Primero entre los políticos –que nunca han aprobado el consumo de la yerba–, más tarde en la iglesia católica y posteriormente en los sectores más conservadores del país.
Algunos dijeron que no era posible que México se convirtiera en el país donde se estuviera permitido el más alto gramaje de portación de cannabis. Otros aseguraron que el país no estaba listo para la medida. Unos más advirtieron que la medida no bastaría para disminuir la violencia y la inseguridad.
No obstante, también se dijo que el sector salud estaba listo para afrontar la resolución de Peña Nieto.
Este martes, a poco menos de dos meses del anuncio, el Senado de la República aprobó el dictamen de las reformas a la Ley General de Salud. Pero para sorpresa de varios, el aumento al gramaje no apareció en el proyecto a discutir.
Es decir, que a pesar de que el presidente anunció que intentaría elevar la cantidad legal de portación de mariguana; los legisladores no incluyeron el tema en el proyecto de ley.
Es así que 28 gramos de cannabis pusieron en evidencia la aparente separación entre la bancada de los legisladores del PRI y el presidente Enrique Peña; quien parece no tener el respaldo de sus diputados y senadores.
Es así como nos damos cuenta de que el mandatario parece no tener el respeto y el apoyo de la Cámara de Senadores.
Es así como el Congreso parece dar la espalda al jefe del ejecutivo.
¿Qué fue lo que ocurrió? ¿por qué el Congreso desprotegió al presidente? ¿por qué parece que los senadores engañaron a Peña? ¿por qué los legisladores no respetaron la promesa del presidente?
