En días pasados, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) sacó del padrón de importadores y exportadores de energéticos a 82 empresas, lo que según especialistas, podría provocar un incremento en el precio de los combustibles derivada de la escasez.
Actualmente solo quedan vigentes 122 empresas que tienen autorización para importar energéticos, lo que puede resultar insuficiente, pues de manera conjunta no cuentan con la capacidad de cubrir la gran demanda de los diferentes tipos de combustible que se utilizan en el país.
La disminución en la importación de energéticos provocaría una gran escalada en los precios de las gasolinas, tal como ocurrió con el gas LP, el cual se disparó en los últimos años precisamente porque el gobierno no lo produce y a muchas empresas importadoras las inhabilitaron.
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Las trabas que pone el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” a la iniciativa privada en el sector energético la resienten lo mismo empresas nacionales e internacionales.
En días pasados, Patrick Ottensmeyer, presidente y director general de la empresa ferroviaria Kansas City Southern (KCS), dijo a El Financiero que debido a los cambios regulatorios en México se está limitando la importación de productos refinados energéticos como combustibles, lo que afectará el desempeño de su empresa para el cierre del año.
El directivo explicó que dos terceras partes de las gasolinas que se consumen en México deben llegar del extranjero y que la mayor parte de proviene de Estados Unidos, a cuyas empresas el gobierno mexicano impone cada vez más restricciones.
