EL FRENTE NACIONAL, VALIOSA HERRAMIENTA QUE NO DEBEMOS DESAPROVECHAR

En días pasados, Gilberto Lozano, líder del Congreso Nacional Ciudadano (aunque se empeña en negarlo) anunció la creación de un frente nacional opositor, a efecto de poner un alto a la sucesión de disparates realizados por López Obrador y su camarilla de incompetentes, reunidos en los gabinetes legal y ampliado.

De manera casi inmediata, se sumaron a esta iniciativa personajes como Pedro Ferriz, Bosco Abascal, Rafael Loret de Mola y Carlos Alazraki y fueron estas adiciones, las que me llevaron a reflexionar, que la idea es de suyo muy valiosa, tanto, que es preciso defenderla… Incluso de sus creadores.

Procedo a exponer los argumentos que me llevan a esta conclusión: el creador de la idea del frente (que no tiene nada de originalidad, sino que por el contrario, es consecuencia del sentido común) es Gilberto Lozano, un individuo que abomina de los partidos políticos y a quienes militan en ellos, no desaprovecha la ocasión para tapizarlos de descalificaciones y denuestos, tildándolos de mil maneras.

Motejar con epítetos a los militantes de los diversos partidos políticos existentes en la geografía nacional, es lo menos inteligente que pudiera hacerse en este caso, toda vez que se requerirá del mayor número de mexicanos posible, sin importar su extracción partidista, si se pretende deponer a López Obrador.

Pretender que el frente puede realizar sus objetivos y constituirse en la cabeza de la oposición, sin incluir a los afiliados de los diversos institutos políticos, es un completo disparate, que perfectamente podría habérsele ocurrido al personaje que se pretende desligar de su encargo. Simplemente si el frente quiere tener presencia y viabilidad política, requiere de todos los mexicanos, sin distinciones. Por tanto, denostar a los mexicanos en mérito de sus preferencias políticas, equivale para estos efectos, a darse un balazo en el pie derecho, antes de empezar a correr la maratón, con los resultados de esperar en caso semejante.

Por otro lado, hay que decir que la personalidad de Lozano no ayuda en lo absoluto a sumarle simpatías a tan interesante proyecto. Antes bien, le resta posibilidades y divide a la ciudadanía mucho más de lo que está (hay que decir que dividir a la sociedad de nuestro país, es una de las pocas cosas que López Obrador ha hecho muy bien y a conciencia).

En similar orden de ideas, no podemos dejar de mencionar que las figuras añadidas al proyecto, no lo hacen mejor y son más de lo mismo: no suma Rafael Loret de Mola, antiguo panegirista y hoy crítico acérrimo del régimen, sobre todo por su parentesco pasado y vinculos familiares actuales, que ponen su presencia en entredicho.

No suma Bosco Abascal, un individuo indudablemente bien preparado y conocedor de la historia, pero que con facilidad podría ser tachado de fanático y radical, por sus convicciones religiosas, sus ideas políticas y su ascendencia familiar.

No suma tampoco Pedro Ferriz, que cometió el error de identificarse como simpatizante de un partido político en especial, cuyo quehacer fue acerbamente cuestionado, por defraudar la esperanza ciudadana de cambio.

Menos aún lo hace la figura de Carlos Alazraki, cuya agudeza e ingenio están completamente fuera de duda, pero que en el pasado y en el presente, por su trabajo como publicista, se ligó a personajes impresentables en el ámbito político nacional.

Todavía es menester agregar que la personalidad de todas estas figuras tiene un factor común: que es cierta petulancia y actitudes de autosuficiencia, que muchos entendemos como consecuencia del conocimiento y dominio de las disciplinas en que se desempeñan, pero que no son precisamente lo más adecuado para hacer crecer un movimiento de esta naturaleza.

Reiteramos: la idea de un frente nacional opositor es absolutamente pertinente, necesaria, vital e indispensable. Pero debemos recalcar y subrayar que requiere e implica el concurso de todos los mexicanos, sin distinciones para poder ser exitoso y poder lograr el objetivo de terminar la seguidilla de despropósitos y barbaridades que padecemos en la actualidad.

La pregunta es si su creador y los demás promotores apuntados hasta la presente fecha, tendrán la grandeza de miras suficiente para separarse, cuando entiendan que su presencia perjudica, en vez de contribuir a conseguir los objetivos trazados. Para el frente, es vital entender, que mucho ayuda, el que no estorba.

Dios, Patria y Libertad