El factor de la disuasión estratégica

Columna DE GEOPOLÍTICA: el tic tac del reloj geopolítico
Columna DE GEOPOLÍTICA: el tic tac del reloj geopolítico

El escenario internacional es diverso y complejo, esta lleno de una diversidad de situaciones que a diario deben de ser estudiadas, analizadas y en la medida de las condiciones, darles la mejor de las soluciones, para que la vida entre los Estados permita el adecuado proceso de convivencia pacífica, a la cuál la comunidad global aspira y anhela. Sin embargo, el contexto mundial, en diversas ocasiones por sus condicionantes, es contrario a la negociación y a la solución pacífica de las controversias.

El realismo político, heredero del análisis de Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, como de Hans Morgenthau, tiene en claro que existe un elemento central en la convivencia entre naciones y es la anarquía que prevalece aún en nuestros días, misma que se ha ido atenuando a partir de la finalización de la Segunda guerra Mundial, pues quedó demostrado en ese momento, la importancia de alcanzar espacios para el diálogo entre naciones y Estados, lográndose para tal fin, mecanismos de entendimiento como son las Naciones Unidas y para el continente americano, la Organización de Estados Americanos, entre otros importantes organismos regionales y continentales.

Desde sus respectivas creaciones, estos organismos han procurado que ahí se alcances acuerdos significativos para dirimir las diferencias y concretar el desarrollo global, su estabilidad y ante todo, darle certidumbre a la seguridad internacional, vital a causa de la diversidad de naciones que en la actualidad cuentan con un importante arsenal nuclear (de acuerdo a SIPRI, existen contabilizadas poco más de 14,400 armas nucleares, el 92% son controladas por los EEUU y la Federación Rusa, el resto se encuentran Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte), sirviendo como medida de disuasión estratégica, evitando la propia confrontación entre potencias.

El sistema internacional, había ido logrando una serie de mecanismos y tratados para el control de las armas nucleares. En ese sentido, las Naciones Unidas, desde 1968, habían logrado la concreción del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, que entro en vigor en 1970, que a la fecha, 191 Estados son signatarios del mismo, incluidos, los cinco Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad, convirtiéndolo en el acuerdo multilateral de desarme con mas adherentes.

A su vez, los esfuerzos diplomáticos de México (la labor fundamental estuvo a cargo del Embajador Alfonso García Robles, 1911-1991, quien se destacó como presidente de la Comisión Preparatoria para la Desnuclearización de América Latina, que permitieron la firma del Tratado de Tlatelolco el 14 de febrero de 1967. A su vez, entre 1975 y 1976, se desempeño como Secretario de Relaciones Exteriores. En 1982 le fue otorgado el premio Nobel de la Paz), lograron la concreción del Tratado para la proscripción de las armas nucleares en la América Latina y el Caribe, mejor conocido cómo, Tratado de Tlatelolco. Que establece principalmente: Asegurar la ausencia de armas nucleares en la Zona de aplicación definida en el Tratado, contribuir a la no proliferación de armas nucleares, promover el desarme general y completo, utilizar exclusivamente con fines pacíficos el material y las instalaciones nucleares, prohibir e impedir el ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición, por cualquier medio, de toda arma nuclear, entre otros, siendo el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe, garante de su cumplimiento.

Sin embargo, la guerra de Putin sobre Ucrania ha tensado la condición de la disuasión estratégica, pues a un año de la invasión (febrero de 2023), el propio jerarca ruso, anunció que se veía obligado a suspender el Tratado START, que había sido concretado por EEUU y la Federación Rusa en 2010, por los entonces presidentes, Barack Obama y Dimitri Medvedev, cuyo objetivo central es prevenir una guerra nuclear, a través de un mecanismo de inspección mutua, que aseguraba el no incremento de estas armas. Asimismo, les permite a las potencias, contar hasta 1,550 cabezas nucleares de largo alcance. Este acuerdo, entró en vigor en 2011 y se prorrogó en 2021 por cinco años más, pero a causa de la pandemia del COVID-19, las inspecciones se vieron interrumpidas.

 

Ante la falta de éxitos concretos, a causa de la férrea voluntad de la nación ucraniana para evitar el control total de su territorio, la guerra implementada bajo la doctrina Gerasimov y de la visión geopolítica de Alexander Duguin, no concretaba las estimaciones de alcanzar la victoria en pocas semanas, luego entonces, las amenazas del uso de su arsenal nuclear se hicieron escuchar, cómo la pronunciada por Putin, de estar preparados para retomar las pruebas nucleares y retirarse del acuerdo START.

 

Pero de igual manera, en enero de este año, el Vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dimitri Medvedev, advirtió sobre una eventual derrota de la Federación Rusa, en una guerra convencional ante Ucrania, lo que provocaría una reacción no deseada y era el uso de las armas nucleares. Tal afirmación fue a razón de la reunión que sostuvieron en esos días los ministros y secretarios de Defensa, en la base de Ramstein, Alemania, de la OTAN, en la que se determinaron las estrategias a seguir, incluyendo el envío de armamento pesado, vehículos blindados, como sistemas de ataque, en apoyo del Gobierno de Volodimir Zelenski. Posteriormente en abril de este año, Medvédev, reitero el uso de armas nucleares si la Federación Rusa sufriera ataque alguno a su territorio o a alguno de sus aliados como Bielorrusia.

 

Ahora bien, en Junio pasado durante el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el presidente Putin, anunció que ya había comenzado el traslado de un primer embarque de ojivas nucleares tácticas a Bielorrusia, que será complementado en el mes de septiembre. Este proceso de ampliación de un paraguas nuclear a favor de la Federación Rusa, de acuerdo a Moscú, no va en contra de los tratados de desarme vigentes y para esta semana (el 1 de julio de 2023), se contara con el primer silo para emplazar el armamento bélico.

 

Luego entonces, es importante recordar que en 1990, Ucrania tomo la decisión de renunciar a las armas nucleares en su territorio (alrededor de 3000 ojivas), todo en una delicada negociación para garantizar su integridad soberana frente a las pretensiones de Moscú. Tal acción en materia de seguridad nacional, se concreto en el denominado Memorándum de Budapest, firmado entre Ucrania, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos, adhiriéndose al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).

 

Es importante considerar estos elementos ante la delicada situación que prevaleció en días pasados cuando el grupo Wagner (ejército mercenario ruso de más de 5,000 activos), que había venido teniendo un papel relevante en la política expansionista rusa, desde la anexión de Crimea, hasta la captura de Bajmut, en Donetsk; como también, por su apoyo a los intereses de Moscú en Libia, Sudáfrica, Sudán, Mali, Burkina Faso, Chad, Rep. Centroafricana, Zimbabue, como también el la minería ilegal en Venezuela, con el beneplácito de Nicolás Maduro.

 

Las acciones de rebeldía, independientemente de sus motivaciones y apoyos internos como externos; puso en vilo a la seguridad internacional a causa de un factible golpe de Estado y de sus repercusiones, todo en un momento en que las tensiones por la invasión rusa sobre Ucrania se han incrementado, siendo necesario por lo tanto, mantener un statu quo de los liderazgos de los actores involucrados, pues el propio Yevgeny Prigozhin, es un partidario radical de la guerra. La amenaza del uso de las armas nucleares es un tema central en esta guerra, pero también, a causa de los movimientos colaterales que se están generando.

 

Mientras tanto en México, las corcholatas han comenzado sus mejores representaciones, sus mejores puestas en escena, para después ser evaluados y mientras eso acontece, la violencia no cede, se incrementa y las burlas y risas mañaneras también.