Con un aumento de 41.7 por ciento en homicidios dolosos, 17.6 en robo de autos, 150 en secuestros y 260 en feminicidios en los primeros seis meses de gestión, el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco reconoció que no puede solo con la crisis que vive el estado, por lo que pidió la entrada en operación de la Guardia Nacional.
“Tenemos que acabar con la delincuencia organizada y necesitamos el apoyo del Gobierno federal”, dijo en conferencia el 8 de mayo. “No podemos solos, forzosamente necesitamos la ayuda”, dijo en reunión con gobernadores.
Sin embargo, la postura del exfutbolista contrasta con la que tenía mientras gobernó Cuernavaca, de 2016 a 2018, cuando se opuso al Mando Único, mecanismo que implicaba la estrecha coordinación con el gobierno estatal y recibir respaldo de fuerzas federales.
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Pero tras asumir la administración estatal, Morelos se ha convertido en reflector nacional, no sólo por el índice de homicidios, sino por ejecuciones, que han sido casos emblemáticos de conflictos políticos, como el asesinato del líder opositor a la termoeléctrica de Huexca, Samir Flores; y la ejecución de dos líderes de la CTM en pleno Zócalo de Cuernavaca.
Tras el último caso que sucedió el pasado 8 de mayo, el gobernador admitió que no podía con la situación y solicitó la ayuda de la Guardia Nacional, la cual reiteró el pasado viernes, en una reunión de gobernadores con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
