El cochinero en el OPLE de Durango

A 22 días de los comicios –el 14 de mayo– el Consejo General del INE anunció la remoción de funcionarios del OPLE de Durango. Según se dijo, los despidos obedecían a conflictos internos que afectarían la jornada electoral.

Todo inició con la supuesta desconfianza de un puñado de consejeros hacia la –ahora– ex secretaria ejecutiva, Zitlali Arreola del Río; quien ha sido destituida en dos ocasiones.

El primer despido de la que fuera secretaria ejecutiva corrió a cargo del OLPE; la segunda por orden del INE. Y es que, cuando el organismo local votó para removerla, el Tribunal Electoral del Estado de Durango ordenó que Zitlali Arreola fuera reinstalada.

Es así que el INE –para evitar el “desgobierno”–, tuvo que intervenir y mandató el despido no sólo de la secretaria ejecutiva sino de la secretaria técnica y de las direcciones de administración y capacitación del OPLE.

Es decir, que a 19 días de la elección, el OPLE de Durango no cuenta con secretaria ejecutiva, técnica; ni con los responsables de administrar y capacitar a los responsables de la elección.

Dicen que el árbitro electoral nombrará –el día de mañana– a los nuevos funcionarios; los mismos que tendrán poco más de dos semanas para retomar el trabajo de sus antecesores, corregir los errores y organizar una elección.

Al respecto, no está de más preguntar, ¿por qué –a tres semanas de los comicios– se toman estas determinaciones? ¿qué fue los que realmente ocurrió? ¿acaso la desconfianza fue tan grande como para poner en riesgo el proceso electoral? ¿por qué no explican a qué obedece la falta de confianza en esta funcionaria? Si la exsecretaria ejecutiva es tan mala como dicen, ¿cómo llegó al cargo?

Por cierto, existe la versión de que el gobierno de Durango –en manos del PRI– buscan controlar al OPLE. Sin embargo, no hay pruebas de esos dichos. Eso sí, tampoco hay testimonios que demuestren que, efectivamente, la ex secretaria ejecutiva del OPLE es una persona no fiable.