El Barret .50 es el arma más popular entre los narcos

 

Uno de los cuentos más representativos del escritor brasileño, Rubem Fonseca es “El Cobrador”, donde relata la historia de un hombre que se autonombra así, El Cobrador, y considera que todo el mundo le debe algo; sin embargo, su modo de ajustar cuentas es por medio de las armas y con la vida de los deudores.

De este modo, cuando acude al dentista y recibe el tratamiento para sus dientes en mal estado saca un revólver calibre 38 y en lugar de pagar el servicio, cobra la vida del médico.

Conforme avanza la historia, el asesino integra a su arsenal una pistola Magnum con silenciador, la cual se convertirá en su arma favorita para cometer crímenes.

La prensa lo reconocerá como el loco de la Magnum y él mientras tanto seguirá cobrando a la gente que considera todo lo que le deben.

Resulta curioso como esta es una de las tantas historias en las que un arma se convierte en parte fundamental del relato debido a la importancia que tiene para el protagonista.

Sin embargo, las armas para los delincuentes no sólo son imprescindibles compañeras en la ficción, también en la vida real.

Desde hace décadas ciertos tipos de pistolas, fusiles, revólveres y demás, se han convertido en elementos característicos para determinados grupos delincuenciales.

Por ejemplo, en México sabemos que el arma popular entre los narcos es el fusil Barret calibre .50, capaz de derribar aeronaves y atravesar los blindajes más avanzados.

De acuerdo con el periódico Excélsior, este fusil se vende en el mercado estadounidense por un pago de entre 11 y 12 mil dólares, y los cargadores oscilan entre los 130 y 150 dólares. Es decir que cada tiro cuesta cerca de seis dólares.

El Barret pesa cerca de 11 kilogramos y puede dar hasta 70 impactos por minuto. Su alcance es de casi dos mil 500 metros de distancia.

En los últimos años este tipo de arma ha sido decomisado en operativos policiacos en México, y en casos como Tanhuato se sabe que los delincuentes accionaron fusiles como la Barret .50 para acabar con los militares.

En el cuento de Rubem Fonseca, “El Cobrador”, la Magnum arrasa con más de 20 vidas cuando está en manos del protagonista.

En la vida real los fusiles Barret en manos de los narcos han asesinado a cientos de personas debido a su potencia, en enfrentamientos policiales.

Sin embargo, en los dos casos queda en evidencia que no importa el modelo del arma que un delincuente o asesino escoja para cometer sus crímenes, lo que importa es la habilidad del que la acciona y por otra parte, la disponibilidad que hay en el mercado negro para conseguirlas, ¿o no?