Uno de los principales representantes de México en el extranjero es el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. El canciller será el encargado de convencer al gobierno estadounidense de dar marcha atrás a la propuesta del presidente Donald Trump acerca del incremento del 5 por ciento en aranceles.
No obstante, y si la memoria no nos falla, Ebrard no es el funcionario más confiable que tengamos. Habrá que recordar durante su periodo como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal en el año 2004, uno de los casos más sonados fue el del linchamiento de tres policías federales en la delegación Tláhuac, del cual se dijo que la propia institución fue la que provocó el ataque.
Casualmente, el ahora canciller se encontraba bajo el mando del entonces jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, ninguno de los dos presentó informe sobre el hecho que dejó a dos policías muertos y uno herido de gravedad pese a que tenían la facultad de realizarlo y entregarlo.
Debido a este hecho, la Presidencia de la República solicitó la destitución de Marcelo Ebrard debido a la incompetencia mostrada en este caso pues no logró esclarecer dicho crimen.
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Ahora, con estos antecedentes, el presidente Obrador envió al secretario de RE para aminorar el impacto de los caprichos de Trump, ¿ya se le habrá quitado lo incompetente o lo único que podemos esperar es otro fracaso?.
