En entrevista para La Otra Opinión, el Senador Omar Fayad aseguró que buscaría el diálogo y el debate de su ley; la mal llamada “Ley Fayad”.
El legislador también dijo que no se dejaría amedrentar por las presiones en redes sociales y que seguiría adelante con su proyecto.
De hecho, el hidalguense adelantó que buscaría un debate con expertos en la materia para pulir su proyecto legislativo.
Sin embargo, a Omar Fayad lo doblaron. O si lo prefiere, le faltaron “desos”.
Evidentemente, cualquiera que intente meter orden en internet será vapuleado por el internet.
Evidentemente, cualquiera que sugiera tipificar y perseguir los delitos cibernéticos, vivirá el acoso de quienes cometen o se benefician de estos crímenes.
Y evidentemente, cualquiera que identifique el descontrol que opera –impunemente– en redes sociales e internet, se enfrentará a las llamadas “jaurías de idiotas”. Es decir, a quienes se creen poseedores de la verdad absoluta pero difícilmente entienden de lo que hablan.
Por eso, todo hacía pensar que Omar Fayad tenía un gran reto en sus manos.
Por eso, el senador hidalguense necesitaba más que bravuconería para echar adelante su ley.
Y por eso, algunos dudamos que Fayad resistiera hasta el final.
Y tuvimos razón.
Omar Fayad no tuvo lo que se necesitaba y hace horas retiró el proyecto de ley que lo puso en el ojo del huracán.
Ni modo, le faltaron “desos”.