Discurso conciliador de AMLO al registrarse ante el INE

Tras haberse registrado en el Instituto Nacional Electoral (INE), Andrés Manuel López Obrador, aspirante a la presidencia de la República por la coalición “Juntos haremos historia”, pronunció un discurso en tono conciliador, y se dijo dispuesto a tender una mano a sus adversarios —que según sus palabras, serán derrotados el próximo 1 de julio—, puesto que en su hipotético gobierno “no habrá represalias”.

En su mensaje dirigido a los “actuales integrantes del poder económico y político del país”, declaró que lo que se necesita es justicia, no venganza ya que —afirmó— no odia a nadie ni a nada, y desea con toda el alma lograr el renacimiento económico, social, político y moral de México.

Ante 400 personas que le esperaban en la explanada del Instituto Nacional Electoral (INE), el tabasqueño indicó que es un momento nuevo en el país donde haya reconciliación aunque esto sea perdonar al “enemigo”

“En las nuevas circunstancias, nuestros adversarios tendrán que entender que ningún grupo, por importante y poderoso que sea, podrá seguir conspirando contra la paz social en beneficio propio, nada ni nadie puede valer más que el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo”.

Ahí mismo, indicó que se someterá a la revocación del mandato cada dos años, a través de una consulta ciudadana en la que se preguntará si quieren que siga en la presidencia o que renuncie a ella: “En la democracia debe regir la máxima que el pueblo pone y el pueblo quita”, sostuvo.

Asimismo, prometió  acabar con la corrupción, impunidad y con los lujos en el gobierno; salarios dignos y trabajo bien remunerado; convertir al país en una potencia y ejemplo mundial.

Además de que manifestó que se hará y divulgará la llamada “constitución moral” para que también cambie el pensar del mexicano, no solo en lo económico o social, sino influir en el “alma”.

Este tono conciliador y de buena fe contrasta con la amenaza de dejar un “tigre suelto”, lanzada la semana pasada en una reunión con banqueros.

¿A qué discurso le cree? ¿Al conciliador o al del “tigre suelto”?